Santiago, Chile.-El entusiasmo que genera un plan de marketing digital es innegable. El marketero sabe que se enfrenta a un gran desafío; la empresa, si está al tanto de lo que las nuevas tecnologías están haciendo por los negocios, no puede esperar a ver los resultados. Sin embargo, a pesar de que en el día a día existe el factor “intuición” en una estrategia, la campaña o el plan deben seguir un esquema que asegure la obtención de ciertos resultados y para ello es necesario considerar algunos factores.

Lo primero es el análisis de la situación. ¿Cómo está posicionada la marca? ¿Cuáles son sus características específicas? ¿Cuáles son sus principales ventajas y desventajas con respecto a la competencia? ¿Qué busca la empresa? Estas son las preguntas que nos permitirán tener claro el camino a seguir.

Los objetivos. ¿Cuáles son los objetivos a corto, mediano y largo plazo de la compañía en los medios digitales? Estos se relacionan con parámetros diferentes de la publicidad tradicional. Hablamos de la calidad del contacto, servicio al cliente, posicionamiento de la marca en el mundo digital, cantidad y tiempo de visitas, etc.

Estrategia a seguir. ¿Cómo alcanzamos los objetivos propuestos? En base a una segmentación adecuada para la marca y los espacios para generar visibilidad y contactos, se diseña el plan eligiendo las herramientas que convengan más, aquellas que nos aseguren, en al menos un pequeño porcentaje en principio, conseguir los resultados esperados

Algunas tácticas. Esto se relaciona directamente con el punto anterior y con la elección de los medios y herramientas correctas que nos permitan cumplir con el objetivo propuesto.

Evaluación. Elección de herramientas para medir los resultados de las acciones realizadas para poder mantener el control de la estrategia. Aquí es importante incluir el concepto de “flexibilidad” y no aferrarse sólo a la idea inicial. Todo dependerá de los resultados obtenidos, obviamente en el tiempo asignado por los objetivo.