Desde el principio, las elecciones presidenciales de México fueron ubicadas como un “hecho histórico”, debido a que serían los sufragios con más presupuesto, con más participación y las más conectadas por la cantidad de usuarios en redes sociales.
Llegado el 1 de julio, las estimaciones no estuvieron tan equivocadas, porque a pesar de que las plataformas digitales no terminaron en convertirse en el punto medular de las campañas, lograron una alta participación para generar ubicar el tema como tendencia en varias ocasiones, además de que nos presentaron la realidad sobre las campañas sucias digitales que afectaron a todos los candidatos, en diferentes momentos.
Fue una elección histórica
Luego de 90 días de campaña, de pronunciamientos, de acusaciones, de falta de claridad entre los candidatos al momento de compartir sus propuestas, poco más del 60 por ciento del padrón electoral acudió a las urnas para elegir a los representantes de los distintos niveles de gobierno del país.
En la contienda presidencial, el candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”, Andrés Manuel López Obrador, se ha convertido en el virtual ganador de las votaciones con un resultado superior al 50 por ciento en la intención de voto de los ciudadanos, una cifra que de acuerdo con diversos especialistas ostenta el resultado más claro en los procesos electorales del México moderno.
Otro punto es que, lejos de lo esperado, los candidatos con la menor intención del voto, manifestaron su derrota a partir de las 20:00 horas (tiempo del centro), señalando que las tendencias no los favorecían y felicitando AMLO como ganador de la contienda, definieron los resultados que finalmente compartió el Instituto Nacional Electoral (INE).
Estuvieron hiperconectadas
Cada semana, cada uno de los candidatos lograron ubicarse dentro de la conversación digital con los diversos hashtags y temas que emblematizaron sus distintas campañas.
Seguidores, contenidos, impresiones y cuentas alcanzadas, todas esas cifras se conjuntaron una y otra vez durante el proceso electoral, ya que dieron un hashtag como “#Elecciones2018” nos dejó un total de 2 mil 200 millones de impresiones, de acuerdo con cifras de TweetReach.
Además, durante el 1 de julio, le dio más de 300 mil menciones por hora al virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador (@lopezobrador_), manteniéndolo como una constante tendencia al político tabasqueño, muy por encima de los temas que fueron acompañando a la conversación digital.
En un corte, en el que ya se conocían las posturas de los candidatos, y previo al de los posicionamientos del propio INE y del presidente Enrique Peña Nieto, la cuenta “lopezobrador_” se ubicó por encima de la de Ricardo Anaya (@RicardoAnayaC), José Antonio Meade (@JoseAMeadeK) y la del propio organismo electoral (@INEMexico).
En el plano de las redes sociales, como plataformas dentro de la campaña política, López Obrador y Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, lograron generar los mejores resultados para su marca personal como candidatos presidenciales.
Por una parte, AMLO logró amasar la mayor cantidad de seguidores en Facebook y Twitter, con más de 3.5 millones y 4 millones 200 mil. Aunque cabe destacar que siempre se mantuvieron unidireccionales, ya que el candidato sólo emitía mensajes.
En el caso de “El Bronco”, impuso historia al convertirse en el primer candidato presidencial en el mundo, en culminar una campaña política electoral a través de Facebook, amasando una alta expectativa entre sus seguidores, quienes aceptaron la decisión y lograron hacer sólidas las críticas contra los aspirantes con representación de partidos políticos, y sus gastos millonarios en la renta de estadios o plazas públicas.
Las encuestas marcaron una tendencia
Dentro de la historia democrática del país, esta es la primera vez en México (desde 1994, que se miden las preferencias electorales), que un candidato termina la campaña con una ventaja tan amplia.
Los analistas coinciden que los mexicanos se dieron cita en las urnas motivados por el enojo y descontento al sistema, representado principalmente por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN).
Andrés Manuel López Obrador figuró como líder absoluto en las encuestas de intención de voto, comenzando en un 30 por ciento y finalizó con un contundente 50 por ciento.
Aunque algunos expertos señalan que el margen de error es del 3 por ciento, otros más indican que los cálculos se dan con base en la posibilidad de que todos los mexicanos en el padrón voten en las urnas, cuando existe cerca de 30 millones que no ejercerían su voto por indecisión, misma cifra que se cumplió luego de que el INE anunciara la cifra final de participación.
El país asumió un reto, tomar las elecciones más grandes y complejas en la historia del país, con un presupuesto destinado de 9 mil 820 millones de pesos, tan solo para el proceso federal (Presidencia, senadurías y diputaciones federales).
Este monto fue el más alto que se ha destinado para unas elecciones, que además, rompe el récord de ciudadanos registrados en la lista nominal con 89 millones 123 mil 355 mexicanos.
El miércoles 4 de julio comienza el cómputo distrital, para que el domingo 8 de julio se den los resultados oficiales de la elección. Ahí comenzará la etapa de impugnaciones a votaciones en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TFPJF) ; a la par el INE hará la fiscalización de campañas, la cual deberá estar lista al 15 de agosto.
En los últimos 15 días de agosto, el Tribunal deberá de calificar las elecciones, empezando por las de diputados y senadores para que el 1 de septiembre tomen juramento los próximos legisladores federales.
El 31 de agosto deberán estar resueltas todas las impugnaciones a la elección presidencial, para que a más tardar el 6 de septiembre el Tribunal califique estos comicios y dé constancia de mayoría a quien será el próximo presidente de México.