Qatar reveló que redujo los presupuestos inesperadamente como medida de austeridad ante el aumento de los precios de la infraestructura de los estadios. La sede de Qatar ganó la candidatura en su momento entre Estados Unidos, Corea del Sur, Australia y Japón.
Qatar 2022 será la primera sede de Medio Oriente y el mundial será uno de los más cortos de la historia y en fechas distintas, a finales de 2022, para evitar el clima caluroso del verano que vive la región.
Según el ministro de finanzas del emirato, Ali Shareef AI-Emadi, Qatar estaba gastando 500 millones de dólares a la semana para acondicionar el país, con el objetivo de tener la región “lista” para 2022.
Sin embargo, el funcionario encargado de entregar el torneo, Hassan AI Thawadi, refirió que el presupuesto original se redujo en un 50 por ciento para asegurar la “responsabilidad financiera”, es decir, para no terminarse los recursos de forma temprana.
De acuerdo con Ali, el 90 por ciento de los contratos ya fueron adjudicados y no solo comprenden estadios, sino autopistas, vías férreas, aeropuertos, hospitales y demás infraestructura urbana, no solo los escenarios mundialistas.
No obstante, el comité Thawadi busca que la infraestructura del torneo cueste entre 8 y 10 mil millones de dólares, y la mayor parte la quieren dedicar a estadios y campos de entrenamiento. La austeridad los obligó a reducir de 12 a 8 estadios, de los cuales siete están en construcción.
Las reducciones se deben a que el petróleo y gas han registrado una caída en los precios globales, por lo que Qatar tuvo incluso que reducir el gasto del gobierno en otras áreas para destinarlo a la infraestructura deportiva.
Mientras Qatar reduce el presupuesto, Rusia lo aumentó en 326 millones de dólares, por lo que superó el monto de inversión de 10 mil millones de dólares para el Mundial 2018.