Las políticas de empleados de algunas empresas terminan por dañar la imagen de la marca debido a su rigidez, tal es el caso de PwC, la firma de servicios profesionales a las principales compañías, instituciones y gobiernos a nivel mundial.
Resulta que Nicola Thorp, de 27 años de edad, llegó a trabajar como recepcionista a la sucursal de Londres. Su labor consistía en acompañar a los clientes desde la recepción hasta los despachos en los que tenían cita, por lo que expresó su negativa a realizarlo en tacones.
La joven pidió usar flats y al ver la negativa, solicitó una razón por la cual no pudiera realizar el mismo trabajo, pero en zapatos bajos, no la obtuvo, aunque la regresaron a casa hasta que comprara zapatos con tacón de entre cinco y diez centímetros.
El asuntó no cesó ahí, Thorp comenzó a recabar firmas en una petición para que por ley se prohíban estas prácticas hacia las empleadas y hasta el momento acumula más de 11 mil.
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— Nicola Thorp (@MissNicolaSian) 11 de mayo de 2016
La compañía Portico aseveró a la BBC que los empleados firman un código de vestimenta y PwC, que no supo de lo sucedido, pero ambas coinciden en que modificarán su política de personal si es necesario. La firma emplea a más de 208 mil personas en 157 países.
A empresas como Zara incluso las han demandado por discriminación. Ian Jack Miller, ex director jurídico de Zara USA, filial de Inditex en EU, demandó a la firma por 40 millones de dólares, alegando que fue despedido en marzo pasado por “judío, estadounidense y gay”.
Recientemente, jugadoras de la selección femenil de Estados Unidos entablaron una querella contra la U.S. Soccer ante la Equal Employment Opportunity Commission por discriminación salarial, pues perciben salarios cuatro veces menores a los de los jugadores, a pesar de generar 20 millones de dólares más que ellos.
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