Ya lo dijo Steven J. Stowell: “Los grandes líderes encuentran formas de conectarse con su gente y ayudarla a alcanzar todo su potencial”.
Jefe y líder no son sinónimos. Una persona a cargo de un equipo tiene la responsabilidad de comprender a la perfección de qué va el liderazgo.
Por ello, aunque Putin es visto en el mundo como alguien severo, demostró que tiene sentido del humor ante los errores y que impulsa a su personal a corregirlos, sin necesidad de ser cruel.
Esto se puede ver en el video que muestra al ministro de Agricultura ruso, Aleksandr Tkacev, sugiriendo aumentar las exportaciones de cerdo rusas a países como China, Indonesia o Japón, siguiendo el ejemplo de Alemania.
En un foro público el funcionario ha cometido el error del que todos los líderes deben aprender como una lección indispensable: estar informado.
Más allá de cifras, el ministro debió advertir lo que Putin sí vio, que en Indonesia no funcionaria exportar carne de cerdo, pues es de su conocimiento que se trata de un país predominantemente musulmán, religión que prohíbe el consumo de cerdo.
La reacción del presidente fue graciosa, no contuvo al risa pero no como forma de burla, sino en tono de broma, explicando al ministro la cuestión, a lo que este respondió de la misma forma:
Posiblemente como una estrategia de marca personal, Putin ha dejado ver su lado más humano en ocasiones recientes, como hace unos días, cuando fue noticia luego de acariciar a un cachorro que le obsequiaron por su cumpleaños.
Así, es conocido que el jefe del Kremlin también ha recibido perros de razas únicas como regalo, por parte de otros líderes mundiales, por su amor a los canes.