El consumo de cerveza está en franco ascenso en todo el mundo (sin contar 2020), sin embargo, aunque la cantidad de productos y marcas crece y se diversifica, las beneficiadas son sólo un puñado de empresas que tienen en su poder gran parte del mercado.
A propósito de la semana internacional de la cerveza que se conmemora desde hace más de 10 años en la segunda semana de agosto en buena parte del mundo, distintas consultoras y medios especializados en el mercado de bebidas publicaron datos y estadísticas relacionadas con el consumo y las ventas.
Statista, por ejemplo, dio a conocer un interesante gráfico que pone en evidencia que aunque muchos amantes de la bebida espumosa cambian de marcas en busca de productos distintos fabricados por empresas diferentes, en realidad, están bebiendo de la misma mano.
En efecto, gran parte de la producción y distribución mundial está bajo el control de un pequeño grupo de conglomerados de la industria cervecera.
El proceso de concentración no es nuevo, pero se aceleró en los últimos 20 años. Desde comienzos de este siglo, compañías como Anheuser Busch InBev (conocida como AB Inbev), Heineken y Carlsberg han logrado la consolidación de varias decenas de marcas de cerveza bajo sus paraguas corporativos, creando lo que se podría calificar como una ilusión de elección que no existe para clientes de todo el planeta.
Por ejemplo, de las 5 marcas de cerveza más valiosas según los datos de BrandFinance, 4 de ellas pertenecen a la misma compañía: AB InBev. Esta cervecera, de origen belga-brasileño tiene marcas de reconocimiento universal como Budweiser, Beck’s, Stella Artois, Leffe, Model, la mexicana Corona, la brasileña Brahma y la argentina Quilmes.
Aunque es cierto que la empresa debió deshacerse del negocio estadounidense de Modelo y Corona para que pasen a manos de Constellation Brands (esto por el control de los organismos antimonopolio respecto de la compra de Grupo Modelo), todavía sigue teniendo una amplísima variedad de marcas globales de alta penetración en mercados gigantes.
“Podrías ir a un bar, probar 5 cervezas diferentes de 5 naciones diferentes sin saber que ABInBev es el proveedor exclusivo”, describen en Statista.
Si bien es real que las marcas de cervezas artesanales han estado creciendo en los últimos años, su producción aún es mínima en comparación con la industria y sus volúmenes se ven eclipsados por los grandes jugadores del sector.
De acuerdo con datos de la Asociación de Cerveceros, las 8.760 cervecerías artesanales que hay en los EE.UU. producen 23,1 millones de barriles (datos de 2020).
Para tomar una dimensión, solamente ABInBev produjo casi 17 veces más, de acurdocon datos de Barth Haas.
En conjunto, los 6 conglomerados cerveceros más importantes del mundo que se ven en el gráfico de Statista representan alrededor del 60% de la producción mundial de cerveza.
Según datos de la asociación comercial que representa a los cerveceros artesanales estadounidenses pequeños e independientes, la producción anual de la industria cervecera artesanal de ese país produjo 23,1 millones de barriles de cerveza en 2020, lo que supone una baja del 9%. Así, se redujo la participación general del mercado de la cerveza de 13,6% a 12,3%.
El mercado de la cerveza, en general, cayó un 3 por ciento en volumen vendido en 2020.