¿Qué está pasando en las empresas para que tomen decisiones en cuanto a su publicidad? ¿Qué está pasando con las agencias y los publicistas para recomendar lo que están recomendando a las marcas? ¿Nos estamos dejando llevar todos por la marea de la “moda” para hacer lo que se está haciendo en la publicidad en México?
Aquí el tema que deberíamos considerar es pensar qué tan conveniente es desarrollar nuestros mensajes a partir de lo que esté de moda. Que como cualquier otra, tiene un periodo de vida corto, para que llegue una nueva. Y luego otra. Y otra más. Y así, hasta el fin de los tiempos.
Una de estas tendencias/moda en el campo de la mercadotecnia, la publicidad , las relaciones públicas y la promoción es la utilización de “famosos” influencers y Youtubers en estas actividades de comunicación de mercadotecnia (Que aquí puede haber una mezcla de estos fenómenos; los vlogueros pueden ser influencers dependiendo de los seguidores que tengan, el engagement en redes, su experiencia en un campo determinado y su poder de persuasión).
El famoso Influencer Marketing hace que muchos tomadores de decisión en mercadotecnia y publicidad se tallen las manitas esperando que con su uso obtengan una gran respuesta hacia la marca o productos que anuncian.
De acuerdo a un artículo de inc.com, una investigación reciente señalaba que el 84% de los “marketeros” (aunque no me gusta ese término) dijeron que planeaban lanzar una campaña de influencer en este 2017 y que casi un 60% de las marcas relacionadas con la moda y belleza tienen una estrategia de influencer marketing al aire.
Parece ser que se le está dejando toda la responsabilidad de la marca y sus resultados a estos personajes, que ellos hagan todo el trabajo de persuasión o convencimiento gracias a sus encantos personales y a la fama conseguida en un público determinado, por lo regular, usuario constante de medios digitales y redes sociales.
Lo peligroso es el tipo de personalidades que están subidas en este tren de influencer marketing y el contenido (sin contenido) que van dejando en sus diferentes difusiones. Un contenido con el cual se siente muy identificado el público de interés, porque a fin de cuentas, muestran vivencias o pensamientos con los cuales se identifican porque forman parte de su vida común. O formas de vida que aspiran tener.
La semana pasada tuve la fortuna de presenciar una conferencia de una de las principales responsables de la plataforma digital Cultura Colectiva y señalaba precisamente la importancia de esta tendencia y de los niveles de calidad del contenido que consume el público seguidor de estos influencers. Tema delicado, si consideramos que se ponen en sus manos no solamente la presencia de las marcas, sino también su prestigio y reputación.
Y no solamente se juega la reputación de las marcas, sino que se está jugando la reputación de los publicistas en el uso constante de esta tendencia.
¿En quién se está dejando la decisión de qué y cómo anunciar? ¿Quién o cómo se llega a la conclusión de que varias de estas campañas se den de esta manera?
Parece ser que hay muchos improvisados en la publicidad que creen que hacen publicidad. Difunden en medios publicitarios, con una inversión (¿o deberíamos llamarlo gasto?) determinada en publicidad. Pero esto no quiere decir que hagan publicidad efectiva.
Así es, millones de dólares corren de un lado para el otro, pasando por Facebook, Instagram y Twitter y en los bolsillos de estos personajes. Mueven masas, tienen millones de seguidores en sus redes. ¿Eso los hace voceros adecuados para las marcas? ¿El contenido que difunden es relevante para las marcas a mediano y largo plazo?
Desgraciadamente esta moda provoca que la gran creatividad mostrada en publicidad que no utiliza a estos influencers no sea generada para todas las marcas y servicios posibles. Porque igual puede ser más cómodo “plantarle” un producto a este personaje y que las redes hagan lo suyo, sin generar un contenido relevante, creativo y que fortalezca mi marca para que permanezca en el mercado, creando una fidelidad a largo plazo y no solamente respuestas prontas que serán obsoletas en muy poco tiempo.
Para muestra, un botón (o dos):
1.- Amazon y su video con la presencia de la famosa quinceañera Rubí. Y claro, no podían faltar los papás, tal como la invitación a su fiesta.
2.- Fanta y su campaña en donde indican que Rorro (un vlogger) es “su nuevo jefe de publicidad”.
Por favor, publicistas de verdad (no “Rorros”), levanten la mano y pongan en alto la noble labor del publicista real, creativo y estratega, que hace su trabajo como debe, sin darle el avión al cliente, nada más para “ganar la cuenta”. Que se note que hay personas preparadas en la materia y no solamente improvisados en la publicidad y la mercadotecnia en México.