A diferencia de lo que ocurre hace un par de años, el consumidor hoy otorga su preferencia a marcas que, antes de representar un status o simplemente ofrecer una buena relación precio-beneficio, tienen la capacidad de presentarse como autenticas y honestas desde diversos puntos de vista.
Estimaciones de Cohn & Wolf destacan que 9 de cada 10 consumidores están dispuestos a premiar una marca por su autenticidad, reconocimiento que en el 52 por ciento de los casos se traduce en recomendaciones, 49 por ciento en un aumento de fidelidad y 20 por ciento en intenciones en invertir en los negocio de las empresas que las respaldan.
Esta tendencia es uno de los factores que permite que el término flawsome brands cobre relevancia al interior de la industria. Este concepto se refiere a aquellas marcas que consiguen nivel de empatía e identificación importante con el consumidor gracias a que se muestran de manera transparente y natural, concepción en la que se incluyen los errores y la imperfección que esto supone.
Hablamos de un fenómeno que se materializa en todas las aristas que conforman la imagen y la oferta de una marca, en donde la comunicación comercial no es un aspecto que quede exento.
En esta línea, no es extraño que cada vez sean más las ejecuciones publicitarias que salen de los estándares convencionales de estética, construcción y mensajes que por años se mantuvieron como las máximas de la publicidad, en donde figuras perfectas, información directa y clara así como estereotipos -de edad y género, por ejemplo- eran la norma.
Pero, ¿este tipo de publicidad en realidad tiene un impacto efectivo en el consumidor?
Con la intención de resolver el cuestionamiento, compartimos 10 ejecuciones publicitarias que -desde diferentes aristas- apuestan por esta tendencia: