La publicidad engañosa es una estrategia que busca sacar ventaja de un producto o servicio sobre los competidores. Se trata de una practica tan recurrente que el año pasado, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) registró alrededor de 861 quejas relacionadas con esto.
En Reino Unido la publicidad se toma en serio. El año pasado, el alcalde de Londres vetó la publicidad engañosa en el transporte público de la capital inglesa, especialmente la que muestra delgadez extrema.
Ahora, un anuncio publicitario de un rímel, protagonizado por la modelo británica Cara Delevingne, fue prohibido al considerarse “engañoso” por la Autoridad de Estándares Publicitarios.
Rimmel London es la marca que contrató a Cara como embajadora y aunque esa jugada pudo ser un importante impulso para las ventas, las autoridades consideraron engañoso el anuncio, pues la empresa detalló, según la BBC, que a la modelo se le insertaron pestañas artificiales individuales.
Esta práctica habría tenido el objetivo de “rellenar huecos y crear una línea uniforme”, lo que se ajusta a “las prácticas que hay en vigor en la industria”, pero las autoridades consideraron que se trata de un timo a los consumidores.
Cabe mencionar que el Tfl concentra un negocio publicitario estimado en mil 338 millones de euros por unos 12 mil anuncios cada año, un sector que genera grandes ganancias para la urbe y que sufrirá modificaciones.