España.- La industria del aceite de oliva es una de las más importantes en España y todas las revoluciones son pocas en este sector. Ahora, la industria aceitera ha puesto en marcha un plan de investigación, junto a diversas universidades de España, para intentar desarrollar robots que sean capaces de catar el aceite de oliva y así fijar su calidad. Con ello, estos robots establecerán si se trata de un producto virgen o uno virgen extra.
Hasta ahora, para certificar la calidad del aceite, las empresas envasadoras sometían el producto, en primer lugar, a un control de parámetros físico-químicos y, luego, a una cata en la que se establecían las categorías en función de los componentes organolépticos. Estas catas, son realizadas de forma manual por humanos y provocan cierta inseguridad jurídica, sobre todo, debido a la subjetividad que existe a la hora de determinar unas características u otras.
Esta variabilidad de resultados, lo que ha hecho ha sido provocar muchos problemas tanto en España como en otros países, sobre todo en Italia, durante los años 2015 y 2016, momento en el que se produjo una crisis de calidad, que incluso obligó al Gobierno a intervenir.
Es por eso por lo que tanto Asoliva (Asociación Española de la Industria y el Comercio Exportador del Aceite de Oliva) como Anierac han recomendado a sus empresas asociadas, una mayor exigencia a sus proveedores, aconsejándoles que les soliciten un certificado que acredite la calidad de los aceites.
Además, ambas entidades han implantado un Sistema de Autocontrol Reforzado voluntario para determinados aceites de oliva virgen extra. Este sistema, requiere contar con un sistema de verificación de producto, el cual será realizado por entidades acreditadas por Enac, realizándose así, una mayor acreditación de la calidad del producto, a partir de ahora.