• En otros casos, el establecimiento de cuotas en contenido resulta en una reducción del 10 por ciento de los recursos disponibles al público

• Con otras palabras, forzar el 30 por ciento de producción nacional a Netflix o sus rivales podría cercenar una décima parte de su catálogo

• Asimismo, podría incrementar los costos de producción, incluso inflando artificialmente el precio final que perciben los consumidores

El mercado del streaming de Video-On-Demand (VoD) es uno de los más provechosos a escala global. Y es que marcas como Amazon, Netflix, Disney y Apple han construido un imperio de valor multimillonario al poner películas y series populares disponibles a la carta en internet. Sin embargo, hay agentes que creen que este modelo de negocio debería de modificarse a favor de la industria local. Esto, en lugar de fomentar más el consumo de las producciones globales.

Dentro de México, uno de estos agentes es Ricardo Monreal. En marzo, como recontó en su momento El Financiero, el senador de Morena propuso que se impusiera a las plataformas de contenido digital, como Netflix, una cuota nacional. Es decir, que al menos el 30 por ciento de sus catálogos fueran exclusivamente de programas, series o recursos producidos en México. Esto, según una entrevista en El Universal, podría empeorar el servicio que recibe el público.

Raúl Katz, director de Investigación de Estrategia de Negocios en el Columbia Institute for Teleinformation, afirmó a El Universal que la propuesta de ley sería nociva para el mercado. En lugar de darle mayor diversidad a los contenidos digitales, habría de hecho menos opciones a disposición del público. No solo eso, sino que la diversidad y calidad de los títulos disponibles en Netflix o sus rivales sería menor. Algunas empresas hasta se irían, o no llegarían, a México.

Las dos razones por las que una cuota de contenido en Netflix es una mala idea

A lo largo de los últimos meses, diferentes agentes e instancias de Gobierno de México han puesto mayor atención a lo que hacen las marcas de la economía digital. Junto a la propuesta de Monreal que afectaría a Netflix y compañía, se debe recordar el impuesto a marcas como Spotify y Uber. Como seguimiento a esta regulación, se les propuso bloquearlas del país si no cumplían con el pago y cobro del IVA. Esto ha provocado una subida general de estos precios.

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Pero valdría la pena analizar las advertencias del entrevistado de El Universal. Tiene sentido que los consumidores estén peor si se aplica esta cuota de contenido nacional a Netflix y el resto de sus rivales. La primera solución sencilla sería simplemente producir decenas, tal vez cientos de películas y series de bajo costo locales que engrosen su catálogo. Esto no solo afectaría la calidad de las plataformas en general, sino de la industria nacional en general.

La otra opción, para mantener una calidad consistente a lo largo de todas sus series y filmes, es que Netflix y sus rivales simplemente recorten sus catálogos. Es decir, que mientras se producen más contenidos nacionales, simplemente se quiten algunos proyectos globales. Lo anterior podría significar que la película o serie favorita de alguien en Netflix solo desaparezca de la noche a la mañana. Algo que, a última instancia, afectaría directamente al cliente final.

Fomentar en lugar de prohibir: Una opción para el caso mexicano

Una mejor solución para que Netflix y sus rivales puedan tener una librería de contenidos más enfocada a lo nacional sería con fomentos a la producción. Hay varios ejemplos de la utilidad de este acercamiento. Facebook ha logrado crecer en el sector noticias gracias a su inversión en estos recursos. Algo similar logró Discovery para sus programas al aceptar nuevos canales de distribución. Y Spotify es líder en podcasts porque gasta en crear proyectos de calidad.

Si bien las cuotas podrían tener sus utilidades en algunos casos puntuales, en general los expertos de la industria no creen que sean muy útiles en proyectos comerciales. Similar al caso de Netflix en México, Hindustan Times apunta que podría poner aún más presión en la crisis de trabajos del sector privado. Las cuotas, según Gender Economy, también tienen sus desventajas al momento de cerrar la brecha entre hombres y mujeres dentro de las compañías.