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China y EU están estancados sobre los temas de propiedad intelectual
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La fecha de solución a la guerra comercial es el primero de marzo
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EU ha intentado cambiar las políticas de comercio chinas
La guerra comercial entre Estados Unidos y China parece estar lejos de su final y es que diversos reportes de prensa dieron a conocer la negativa de la Casa Blanca a una reunión con sus homólogos chinos durante la semana; derivado de los desacuerdos entre las dos partes sobre la aplicación de las normas de propiedad intelectual.
Desde la CNBC se indicó que la fecha límite para lograr resolver las diferencias entre los dos gigantes es el primero de marzo; sin embargo, con la cancelación de la reunión, parece un horizonte muy lejano el tema de la tregua comercial.
En caso de que ambas diligencia no logren un acuerdo permanente, desde la administración Trump se indicó que los aranceles se reforzarían en alrededor del 50 por ciento de todas las exportaciones provenientes del país asiático.
Avance lento.
Según gente cercana a las negociaciones, citadas por múltiples fuentes, las partes han avanzado en el tema y es que Estados Unidos ha calificado por décadas de robo de propiedad intelectual norteamericano coordinado por el Estado Chino.
Un informe de Bloomberg indicó que esto último contrasta con el progreso en otros frentes que han elevado las acciones durante las últimas jornadas. Beijing ofreció una alternativa para reducir el superávit comercial a cero para 2024.
El supuesto robo chino de propiedad intelectual así como su práctica de obligar a las empresas extranjeras a compartir tecnología para obtener acceso a su mercado fueron parte de la agenda durante los días de negociaciones que se llevaron a cabo a inicios de mes.
No obstante, hubo más difusión de quejas que conversaciones constructivas, según participantes y otros informados.
Ventaja.
A pesar de que no está claro que Estados Unidos hiciera nuevas demandas sobre propiedad intelectual durante la última ronda de conversaciones, el pasado pidió a China eliminar políticas y prácticas específicas relacionadas con la trasferencia de tecnología, acabar con el robo cibernético patrocinado por el gobierno, fortalecer el cumplimiento de normas sobre este tema, además de que se de fin al apoyo gubernamental para las industrias consideradas en el plan Made in China 2025.
Por su parte, China negó públicamente dichas afirmaciones, al tiempo que ha insistido en que ha cumplido con los compromisos que asumió cuando se unió a la Organización Mundial del Comercio en 2001.
A su vez, el estancamiento de este asunto llega en el momento más fuerte de las guerras comerciales de Trump, además de que siembra dudas sobre su capacidad de convertir la ventaja creada con los aranceles en cambios significativos en las políticas chinas.