• El tweet en cuestión que presuntamente promovía la violencia ya fue retirado por las autoridades

• Poco después de la publicación original , Burger King publicó un mensaje para disuadir cualquier acción radical

• Además de retirar el post de Twitter, se pidió a la marca vigilar que un incidente de este tipo no se repitiera en el futuro

En términos generales, hay varios temas de los que las marcas prefieren mantenerse alejadas. Esto, porque suelen ser cuestiones demasiado controversiales como para justificar el riesgo. La política es una de ellas, debido a lo difícil que es generar un mensaje que sea bien visto por los consumidores. Por lo general, tampoco son mucho de la gracia del audiencia cuando las empresas se burlan con mala fe de sus rivales. La violencia también entra en esta categoría.

Al contrario, muchas compañías están realizando fuertes esfuerzos por detener algunos comportamientos agresivos en múltiples industrias. Como apunta AdWeek, desarrolladores de videojuegos han empezado a tomarse muy en serio la violencia que se retrata en sus obras. Según We’re Magnetic, varias marcas están protestando directamente contra el mercado de las armas. También la cuestión de género es un tema popular, como dice Supply Management.

Con este contexto, es muy inusual que una marca de hecho promueva la violencia en alguna campaña o activación comercial. Sin embargo, cuando se da a conocer uno de estos casos, resulta particularmente grave para las compañías involucradas. No solo pueden generar un sentimiento de rechazo entre su comunidad de seguidores. También está el riesgo enfadar a las autoridades federales o locales y envolverse en un conflicto legal dañino y costoso.

¿Un tweet que promovía la violencia?

Burger King está metida en un problema de este estilo. Según The Guardian, reguladores publicitarios en Reino Unido acaban de sancionar a la cadena de restaurantes. Esto, debido a un tweet que publicó la compañía en mayo pasado. En palabras de las autoridades, el post podría promover “comportamiento antisocial” entre los consumidores. Específicamente, se podía usar como inspiración para protestas con violencia en contra del político Nigel Farage.

Meses antes del tweet, una persona había arrojado a Farage una malteada durante una aparición. A raíz de este acontecimiento, las autoridades federales pidieron a McDonald’s dejar de vender este producto durante un evento del político. Burger King aprovechó la oportunidad y publicó en Twitter: “Querida gente de Escocia. Estaremos vendiendo malteadas toda la semana. Diviértanse. Con amor, BK. #justsaying”. El post recibió al menos 24 quejas públicas.

Qué califica como promover la violencia y qué no

Ya otras veces algunas marcas se han visto en problemas por incitar, directa o indirectamente, a la violencia. Interjet, por el controversial tweet de una de sus pilotos, se vio envuelta en una tormenta que terminó con la suspensión de la mujer. Hace unos meses, se acusó a YouTube de promover activamente la difusión de contenidos tóxicos y falsos en su plataforma. En junio de 2018, tanto TV Azteca como Facundo fueron señalados por promover agresión de género.

Vale la pena preguntarse si la publicación de Burger King realmente fue una incitación a la violencia. De inicio, se podría pensar que no. La marca simplemente se colgó de una tendencia local y jamás animó a su público a repetir los ataques contra Farage. Por otro lado, es justo mencionar que la audiencia no siempre necesita una invitación directa para causar caos. Basta observar casos como la Szechuan Sauce de Rick & Morty para darse cuenta de este principio.

Si las autoridades determinaron que las acciones de Burger King eran una incitación a la violencia, parece ser más una advertencia que un castigo para la marca. Parece que los reguladores quieren mostrar a otras compañías que es mejor mantenerse alejados de este tipo de temas. No solo porque siempre puede haber consecuencias inesperadas para los negocios. También porque pueden trascender a un caos que afecte hasta a otros públicos y audiencias.

¿La lección? Antes de colgarse de la tendencia, hay que cerciorarse de todas las posibles consecuencias.