No es una tarea fácil ser vocero de una institución o empresa, éste debe reunir características especiales cuando ha sido elegido para representar a su organización. Tiene como misión la relación permanente con los periodistas para expresar el sentir de quien representa y por ello, no solo debe hablar sino transmitir y por ende no solo debe tener facilidad para hablar, además, sus mensajes tienen que ser precisos, lógicos y coherentes.
El vocero también tiene la difícil tarea de ofrecer un mensaje que se adapte y sea comprendido por millones de personas, todas ellas con distintos miedos, deseos, logros y frustraciones; además, considerar su nivel socioeconómico, religión, tradición, cultura, género, edad, personalidad y conducta pues bien dicen “cada cabeza es un mundo” y a esos miles de mundos llegan los medios de comunicación masivos y los medios digitales.
Ante esta complejidad la Programación Neurolingüística (PNL), que es un modelo que usa estrategias de comportamiento y comunicación que se centra en identificar y usar modelos de pensamiento que influyan sobre el comportamiento de una persona, puede ser considerado por los voceros como una estrategía para mejorar sus capacidades
La PNL puede fomentar la efectividad en la comunicación y ayuda a disminuir conflictos comunicacionales producto de interpretaciones equivocadas o de falta de información, ello, de acuerdo con la Facultad de Diseño y Comunicación de la Universidad de Palermo.
La PNL incrementa la confianza en sí mismo lo que beneficia de manera directa la comunicación de un vocero, al ser seguro ofrecerá un mensaje confiable y superará los conflictos de la mejor manera al mantener una actitud positiva y potenciar sus capacidades.
La PNL ha sido desdeñada, sin embargo, cualquier esfuerzo que beneficie la comunicación y seguridad de un vocero siempre debe ser considerado y más ahora que los espacios mediáticos son limitados y los medios digitales ofrecen contenidos focalizados lo que le exige a los representantes precisión en sus mensajes para que éstos logren su objetivo, ya sea incrementar las ventas, posicionar una marca, crear confianza, mejorar la imagen de una persona o un producto o cualquier otro.
Este sistema tiene una metodología que es muy variada de acuerdo con cada autor, personalmente la de Patricia Acevedo Nava y Maria del Carmén Gómez de la Escuela de Comercio y Administración del Instituto Politécnico Nacional me parece acertada y sobre todo fácil de adaptar para las estrategias de comunicación empresarial, las autoras consideran que la PNL es mucho más que las palabras que emitimos, de hecho, esa es solo una pequeña parte del lenguaje que se complementa con el lenguaje corporal (55%) –postura, gestos, contacto visual- y el tono de voz (38%), ambos factores son los que más impactan durante una presentación y sólo 7 por ciento, de acuerdo con sus estudios, tiene que ver con el contenido de la misma.
Someterse a esta técnica supone un esfuerzo al aprender los diversos métodos, la técnica de anclaje, puede ser un excelente inicio, está considera un estímulo externo o “ancla” que se asocia con una conducta positiva que se desee adquirir. Las anclas pueden ser palabras, gestos, olores o colores que nos transporten a un estado mental positivo, por ahí podemos empezar, si nos sentimos bien, seguramente nuestra comunicación será mucho más afectiva.
De acuerdo con el consultor y profesor de negocios, Peter Drucker, 60 por ciento de los problemas empresariales son consecuencia de una mala comunicación, si con esta u otra técnica se podrían evitar los problemas al interior y por lo tanto mejorar la comunicación al exterior ¿por qué no considerarla?