Una de las premisas básicas que se debe de cumplir para mantener una relación saludable con el consumidor, es cumplir la promesa del beneficio de cada producto. Aunque esto puede ser algo obvio y básico, lo cierto es que las advertencias constantes de dependencias y organizaciones como la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), dejan en claro que en la práctica hay muchos espacios por cubrir en este aspecto.
En semanas pasadas, la dependencia alertó sobre la oferta de las marcas de salchichas que se comercializan en el mercado mexicano.
Luego de evaluar a 57 marcas de salchichas de pavo, pechuga de pavo, para Hot dog, tipo viena, cocktail y para asar, reducida en grasa o en sodio, el organismo concluyó que cerca de tres decenas de las mismas no cumplen con lo indicado en sus etiquetas, entregan información errónea o bien no se apegan a la Norma Mexicana que regula estos alimentos.
Este reporte, se dio a conocer luego de que el organismo dirigido por Ricardo Sheffield Padilla exhibiera a marcas que no contienen jamón ni pavo como lo prometen en la descripción de sus etiquetados.
Después de realizar un análisis a 44 marcas distintas, la Profeco identificó a ciertas marcas que ofrecen alimentos con diferentes componentes a los especificados en sus empaques y presentaciones.
Aceites adulterados
Con estos listados de antesala, ahora la Profeco ha dado a conocer una lista de aceites vegetales que adulterados y que no cumplen con aquello que ofrecen, cuando menos en sus etiquetas, al consumidor.
Desde sus redes sociales, el organismos que vela por los intereses del consumidor, publicó un video en donde dio a conocer los resultados de un estudio de calidad en el que fueron consideradas 32 marcas de aceites comestibles: nueve de aguacate; 14 de ajonjolí; dos de cacahuate y siete de uva.
De esta manera luego de analizar aspectos como la información comercial, el contenido neto, la autenticidad y la tendencia al envejecimiento con base en la aplicación de la aplicación de la norma nacional NMX-F-052-SFCI-2008 vigente al momento, enlistó algunas marcas que incurren en ciertas irregularidades.
Así, los resultados del análisis indicaron que en ocho marcas se encontraron diferentes problemas, mismos que aunque no representan un riesgo para la salud del consumidor, sí suponen un engaño al cliente al no ser lo que prometen en su etiquetado..
“El Reglamento de Control Sanitario de Productos y Servicios, asegura que un aceite comestible es aquel producto obtenido a partir de productos agrícolas o de especies animales, aptos para el consumo humano, que haya sido sometido a extracción y, en su caso, refinación, lavado, deodorizado, blanqueo, hibernación o desencerado y winterización, si lo determina la Secretaría de Salud”, señala la Profeco en su revista mensual.
Las que no pasaron la prueba
De las nueve marcas de aguacate analizadas, por ejemplo, cinco resultaron no ser puras y, en consecuencia, fueron consideradas como adulteradas al contener otro tipo de aceite. Entre las marcas que no pasaron la prueba se mencionaron las siguientes:
- Avocate
- Cate de mi corazón
- Cate de mi corazón mediterráneo
- San Lucas
- Aceite de aguacate extra virgen.
Por otra parte, de los 14 aceites comestibles de ajonjolí estudiados, tres no tuvieron el aceite de ajonjolí característico y no cumplieron con los requisitos de información al consumidor, en donde las marcas señaladas fueron Foreway sesame expert, Kaporo y Kum Chum.
Por último, en lo que se refiere a los aceites de oliva, la Profeco detectó dos marcas que aunque se promocionan en su etiquetado como parte de esta categoría, en composición están lejos de la misma: Demor y Olivos Mendoza.
A decir de la dependencia, los productos que incumplieron con las normas y compuestos de su fórmula ya están sujetos a procedimiento y se harán acreedores a la sanción correspondiente.