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El anuncio de que una isla mexicana se quedó sin oficinas de la Profeco y las reacciones que provocó el anuncio evidencia las malas prácticas que implementan las empresas en regiones alejadas del país.
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Este anuncio es un importante antecedente de cómo las marcas deben pensar sus operaciones y lo más importante, en qué medida logran impactar ante el consumidor.
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El anuncio es un pésimo antecedente de los abusos de los que son víctimas los consumidores hoy en día.
El anuncio de la Profeco tomó por sorpresa a habitantes de la isla de Ciudad de Carmen, Campeche, tras dar a conocer que su famélica oficina, que operaba en en dicha zona cerraría, dejando a los consumidores sin autoridades para representarlos ante la actividad de empresas como la CFE o Telmex, según revela Tribuna Campeche.
Información publicada por el medio, asegura que las arbitrariedades registradas en la prestación y cobros de servicios de los usuarios, ha motivado a que se resienta la salida de las oficinas que la Procuraduría operaba con muchas deficiencias, como la operación de un lavamanos improvisado con cubetas, para atender la contingencia sanitaria.
Información que es posible consultar a medios locales explica que la delegación de la Procuraduría en Campeche, ha motivado que autoridades locales como Carmen Cruz Hernández Mateo, comisionada edilicia en Derechos Humanos, aseguren que se desamparó a la población isleña, cuyos ingresos se basan en la economía petrolera.
“Sin duda alguna ellos están siendo egoístas con un municipio que aporta económicamente al Estado, lo digo porque somos la economía petrolera y es importante que nosotros tengamos un lugar donde la gente pueda de verdad exponer abusos”, explicó en una cita trascendida por Tribuna Campeche, al asegurar que las denuncias virtuales, difícilmente tienen seguimiento.
Aspecto de las extintas oficinas de la Profeco en la isla campechana:
Con base en información de Google Maps es posible observar que en la isla operan marcas de la industria turística como Fiesta Inn y Hyatt, además de que cuenta con tiendas de Bodega Aurrera, Chedraui, Sam’s Club, Farmacias del Ahorro, es decir, hay una intensa actividad de consumo en la región.
La Profeco y sus decisiones
Esta medida anunciada por la Profeco dibuja el reto que tiene la Procuraduría hoy en día en la operación de prácticas de valor ante el consumidor y la necesidad de contar con medios eficientes para poder resolver irregularidades comerciales.
La decisión de salir de una isla mexicana, donde hay una amplia actividad económica, por lo tanto de consumo, por la gran participación de tiendas de retail y negocios turísticos es una pésima señal para la cultura de consumo, en donde los derechos de quienes adquieren productos y servicios tiene que ser resguardado en todo momento y en todo tipo de lugares, como una isla, que ha llegado a ser considerada por la Procuraduría como el lugar donde se registra el precio más bajo de gasolina en todo el país, por lo que parece que estas conquistas, con la salida de las oficinas de la Procuraduría, se irán perdiendo.
El lugar que se merece el consumidor
El consumidor juega y siempre protagonizará un rol clave en el mercado. Su capacidad en el mercado para tomar decisiones se ha basado en elementos que no tienen desperdicio y dependen de la seguridad que autoridades como la Profeco han logrado determinar actividades que salvaguardan su poder de decisión y la capacidad que tienen de lograr mejores resultados en el mercado, sobre todo cuando se deben de imponer reglas que alientan una cultura de consumo y por el contrario, no la deterioran. En consecuencia, cerrar oficinas de representación de la Profeco en un lugar como una isla de Campeche, lastima los avances que se han logrado en pro del consumidor en la actualidad.
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