Todos hemos escuchado la frase “esa persona pasa todo el día en Facebook”, haciendo referencia al tiempo que pierde en la red social sin hacer algo realmente productivo. Esta frase cada vez se hace más común, ya que efectivamente pasamos más tiempo en este tipo de plataformas que antes.
De acuerdo al último estudio Digital in 2017 Global Overview, con información de Global Web Index, México, Argentina y Brasil pasamos conectados a internet en promedio 5 horas en computadoras de escritorio y casi 4 horas al día en un dispositivo móvil. Países como Japón, Alemania, Australia y Francia pasan menos de 4 horas conectados mediante una computadora y menos de 2 horas en un dispositivo móvil.
Lo sé, parece extraño que países tan desarrollados pasen menos tiempo conectados que nosotros, pero las cosas se ponen aun más raras con otros datos; por ejemplo, si analizamos el tiempo que pasamos al día utilizando redes sociales, la proporción se va a 3 a 1, donde en México pasamos en promedio al día 3:30 horas, mientras que Alemania y Japón apenas llegan a una hora al día.
Revisando otro estudio de OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico), donde se muestran los índices de productividad de varios países, empieza a verse el efecto de la disparidad anterior. Un ejemplo de esto se puede apreciar en el ranking de productividad por país, donde se evalúa de acuerdo al Producto Interno Bruto (PIB) por hora trabajada a cada nación. En este ranking, Alemania, Japón y Australia se encuentran en las primeras posiciones, y tristemente México, Brasil y Argentina están al final de esta gráfica como los menos productivos.
En este estudio de la OCDE se puede ver que los mexicanos somos los que más horas trabajadas tenemos al año, con 2 mil 237, pero con todas esas horas no logramos ser tan productivos en el trabajo como Francia o Alemania con menos de mil 500 horas al año.
Pensando en el futuro
No podemos cambiar el pasado, pero si hay mucho que hacer para el futuro, y uno de los cambios que podemos iniciar desde hoy es analizar lo que hacemos durante el día, el tener claro dónde estamos perdiendo tiempo y que actividades nos aportan y cuáles no nos dejan nada productivo para nuestra vida.
Las Redes Sociales se han convertido en un punto de reunión, en un escaparate, en un medio de comunicación activo, pero al mismo tiempo son un enemigo muy agradable que pudiera estar distrayéndonos de lo importante por atender a algo superfluo del momento.
Si consideramos que las generaciones más jóvenes están acostumbradas al uso de redes de manera constante y gran parte de su vida ocurre de manera virtual en esas plataformas, es importante cuidar la calidad de lo que hacen y ven ahí, ya que no tienen un parámetro de referencia para determinar si está bien o mal. Si desde pequeños enseñamos a los niños a dedicar un tiempo a las responsabilidades y otro diferente para el entretenimiento en plataformas virtuales, probablemente en el futuro logren hacer un uso mejor y más responsable del que nosotros hemos hecho hasta hoy.
A continuación incluyo algunas referencias interesantes sobre el tema:
https://www.oecd.org/eco/surveys/mexico-2017-OECD-Estudios-economicos-de-la-ocde-vision-general.pdf
https://www.oecd.org/latin-america/fomentando-un-crecimiento-inclusivo-de-la-productividad-en-america-latina.pdf
http://imco.org.mx/competitividad/horas-trabajadas-al-ano-via-ocde/
El conocimiento que no se comparte, pierde por completo su valor