El gobierno de los Estados Unidos reconoció que realiza acciones de espionaje desde hace unos seis años en la información en los servidores de empresas como Google, Facebook, y Apple, en búsqueda de amenazas a la seguridad nacional. Esta noticia, desató una turbulencia en las nunca pacíficas aguas de la privacidad y los medios electrónicos.
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El programa de espionaje en Internet -llamado PRISM- recolecta información de los proveedores de servicios on-line, incluyendo correos electrónicos, servicios de chat, videos, fotos, datos almacenados, transferencia de archivos, video conferencias.
¿Cuál es la consecuencia de estas acciones? Para el ciudadano común fuera de Estados Unidos que utiliza los servicios de empresas como Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, YouTube, Skype, AOL y Apple; la noticia es que el gobierno de EE.UU. tiene acceso directo a lo que escriba o almacene en los medios electrónicos. Es decir, todo lo que escriba y transmita usando estos servidores podrá ser usado en sus investigaciones. ¿Imaginas el poder de contar con esa información para el marketing?
Obviamente, todas las empresas han negado cualquier tipo de relación con este programa. El portavoz de Apple, simplemente dijo que nunca había oído del programa. En tanto Google, aclaró que si bien es respetuoso de la ley, se preocupan profundamente por la seguridad de los datos de los usuarios.
Mientras la mayoría de los medios electrónicos y tradicionales en el mundo han dado un espacio importante a esta noticia, la cadena de noticias, CNN mantuvo como noticia muy importante la historia de que la hija de Michael Jackson, estaba en el hospital.
Para una gran mayoría de los activistas en favor de la privacidad, se han pronunciado condenando el programa, generalmente ligándolo a lo aprendido durante la última guerra mundial. Hoy en día, la vigilancia y el espionaje es una práctica extendida en muchas ramas sociales. Basta recordar todos los escándalos ligados al espionaje telefónico y la continua referencia al libro de George Orwell, 1984. Siempre habrá una razón dudosamente aceptable para manipular los derechos humanos de una forma dudosamente legal.
En las próximas semanas veremos como resurge el fantasma de la privacidad en Internet, regresa la crítica a la globalización, y como se habla de transparencia y de sociedad abierta.
Técnicamente, es notable las posibilidades de los gobiernos para acceder a estas fuentes abiertas o parcialmente abiertas para utilizar la información y relacionarla para encontrar patrones. La posibilidad de que la mercadotecnia se beneficie de esto es brutal, cambiaría el estudio de mercado para siempre. Las audiencias y tendencias, se modelarían en tiempo real y el marketing, se convertiría en una forma de manipulación socioeconómica.
1984, tal vez tardó más de 20 años en llegar a una realidad plausible, como lo indica el documento de la NSA que filtraron el Washington Post y The Guardian. Si bien, todos estos fenómenos electrónico-sociales son previsibles, surgen nuevos fenómenos como la llamada Ley de Godwin -que nos recuerda que todas las discusiones en línea al alargarse siempre caen en recuerdos del nazismo.
Si bien, las acciones de PRISM y de FISA están dirigidas a los extranjeros y evitan a los oriundos de EE.UU., basta con que en una “conversación” haya un extranjero para que la conversación entera pueda ser escuchada, monitoreada, grabada, analizada. Las opciones son pocas, pero si se busca privacidad, conviene revisar el encriptamiento de correo y nubes fuera del primer mundo; ecuador, bolivia y paraguay son lugares aptos en américa latina.
¡No te desconectes!
