El mercado estadounidense de las bebidas embotelladas parece estar cambiando, aunque por poco, como muestra el que el consumo de agua embotellada durante 2016 superase al del resto de bebidas no alcohólicas, lo que le convierte en la mayor categoría por volumen.
En Estados Unidos se consumieron el año pasado, 149,3 litros de agua embotellada per cápita, según la consultora Beverage Marketing Corporation, mientras que las bebidas carbonatadas, descendieron a 146,3 litros. Cifras que muestran como ha cambiado la tendencia con respecto a hace una década, cuando el consumo de estas últimas era mayor a los 190 litros por persona, mientras que en el caso del agua, se consumía una media de114 litros.
El mercado del agua parece gozar de buena salud, pues se calcula que durante 2016, se pusieron en las estanterías, 48.560 millones de litros de agua embotellada, una cifra que representa un 8,6 por ciento más que en 2015, y que hace 10 años era de 31.350 millones. Aunque cabe destacar que ha sido desde 2012 cuando el incremento en la venta de este producto ha sido muy notable, hasta alcanzar las cifras actuales.
Las marcas se han adaptado a esta nueva tendencia y han diversificado su cartera, para comercializar maras como Dasani, Glaucéau y Smartwater de Coca-Cola, o Aquafina y LIFEWTR de Pepsi, un apartado que les aporta una quinta parte de sus ingresos en este segmento de productos, aunque el que mejor tajada ha sacado es Nestlé, que con sus marcas Pure Life y Poland Spring tiene una cuota de mercado del 23 por ciento en Estados Unidos.
Ahora se espera que continúe en alza la demanda de agua embotellada, según las estimaciones de la International Bottle Water Association, así como otros analistas del sector y una muestra de lo amplio que puede llegar a ser este mercado es la creciente aparición de aguas de lujo, como la del Ártico que se vende a 94 euros la botella. Algo impensable hace años.