Ya existe un dispositivo capaz de almacenar 500 terabits de información en tan sólo una pulgada cuadrada (6.4516 centímetros cuadrados). Se trata del primer disco duro atómico, creado por holandeses y españoles.
En un miniespacio, los átomos de cloro en una superficie de cobre, que forman una cuadrícula perfecta, permiten a los expertos una transposición binaria con ayuda de un microscopio de efecto túnel, para manipular cada átomo y acomodarlo, todo esto con el objetivo práctico de grabar, leer y regrabar datos.
Así, el disco duro atómico es una muestra de la tendencia en el mercado, de minimizar el almacenamiento de datos a niveles extremos, tal como las grandes marcas tratan de hacer, debido a las necesidades de los usuarios de smartphones y tabletas, que cada vez necesitan mayor espacio por los nuevos formatos de imágenes y videos, pero en un dispositivo pequeño.
Tan sólo la generación millennial (consumidora destacada de productos tecnológicos) prefiere usar el smartphone para ver videos, por encima de las computadoras de escritorio o portátiles, de acuerdo con un estudio realizado por The Drum, por lo que la tendencia ha llevado a empresas como Samsung a destacar en el mercado con la creación de las primeras tarjetas de memoria UFS del mundo, las ultra-rápidas que eliminarían definitivamente a las microSD del mercado.
Apple apuesta por integrar mayor memoria interna en su producto estrella, el iPhone, el que expandiría su almacenamiento a 256 GB en la próxima edición. Así, la tendencia obliga a las marcas a diseñar productos como el disco duro atómico, para destacar en el sector.
Sin embargo, éste último podría tardar en salir para uso cotidiano, ya que su funcionamiento requiere de condiciones especiales y extremas, en las que el clima frío es uno de los principales obstáculos para su buen desempeño.