Ahora, si nos dijeran luego que estos préstamos tienen una alta tasa de interés, muy por encima de lo que cobraría un banco o una fintech, y si además nos dijeran que no nos piden avales porque si no pagamos lo que estaría en juego sería nuestra integridad física, nuestra vida y hasta la de nuestros seres queridos, ¿los tomaríamos?
Esta modalidad de financiamiento son los llamados “préstamos gota a gota” los cuales no están regulados por la Ley, y son obtenidos de manera muy rápida, sin garantías, a corto plazo y normalmente de montos bajos, pero con unas tasas de interés muy elevadas y en caso de impago del crédito o de las cuotas los prestamistas acuden a medios para el cobro propios de las mafias, que van desde amenazas, llevarse los bienes muebles del deudor, agresiones físicas, hasta la muerte.
Este tipo de crédito ha subido durante la pandemia en un 39 por ciento, lo que implica que por este concepto se mueven alrededor de 21’734.489 millones de pesos semestralmente en Latinoamérica y El Caribe.
A diferencia de los préstamos bancarios que cobran intereses calculados en base a una tasa anual, los “gota a gota” cobran intereses diarios, semanales, quincenales y mensuales, dependiendo de las condiciones y plazos del crédito, lo que hace que una persona pague hasta 600 por ciento más por un préstamo gota a gota que por uno tradicional.
¿Por qué sucede esto a pesar de que la bancarización ha crecido en la región? De acuerdo con los datos que publica el INEGI (Instituto Nacional de Crédito y Geografía) en su Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, el porcentaje de la población de 18 a 70 años que cuenta con algún producto financiero en el noroeste de México es el 82 por ciento en el noreste el 75; en la Ciudad de México el 72; en el sur el 68, y en el oriente el 60 por ciento.
No obstante, el alto porcentaje de bancarización; también son conocidas las limitaciones y lo engorroso que se convierte el proceso de solicitar un préstamo a una institución crediticia. Exceso de requisitos, procesos burocráticos muy lentos y garantías imposibles de lograr son quizás los ítems más conocidos que imposibilitan o restringen el acceso de los ciudadanos y microemprendedores a los créditos bancarios, y ante esta situación se genera una oportunidad para los “préstamos gota a gota” que si bien, ponen en riesgo la integridad física de las personas, les ayudan a resolver de manera inmediata una emergencia o una necesidad puntual que tengan.
Recordemos que cuando una persona solicita un crédito lo hace por una situación específica que amerita pagar, es por esto que si entran en el proceso normal de los bancos la oportunidad o necesidad puede fenecer y más que ayudarle a resolver un problema o aprovechar una oportunidad, se causa un daño por lo extemporáneo del mismo.
Es entonces cuando, ante estas situaciones las personas, por una necesidad o por una oportunidad y ante la expectativa de un ingreso extraordinario acuden a estos prestamistas “gota a gota” sin conocer todo lo que está detrás del proceso, tales como que si no cancelas comienzan a generarse intereses sobre los mismos intereses, lo que en la mayoría de las legislaciones de la región es llamado “anatocismo” y está prohibido por Ley, y aún más, sin saber que están arriesgando su integridad física y hasta la de sus familiares en caso de insolvencia.
Si bien este tipo de financiamiento no es regulado por Ley y por ende, no está prohibido expresamente, los gobiernos acuden a la prohibición de usura por las altas tasas que se cobran para penalizar a los prestamistas.
Fintech, alternativas para los préstamos
Ante la posible inflexibilidad de la banca tradicional para adaptar sus procesos y sistemas de riesgo y hacer los créditos más asequibles y accesibles para la población, las fintech han nacido como una alternativa para contrarrestar el evidente crecimiento de los préstamos gota a gota. Aplicaciones móviles que con datos básicos de las personas y con capacidad de respuesta a menos de 24 horas están siendo una alternativa que cada vez crecen más y toman terreno en materia de préstamos personales y microcréditos.
Los estados deben apoyar el nacimiento y crecimiento de las fintech para que hagan contrapeso a los prestamistas gota a gota, hasta tanto los bancos puedan modificar sus procesos y darles mayor apalancamiento financiero a los ciudadanos y microemprendedores.
Por James Hernández, presidente y cofundador de Trust Corporate.