La noche del domingo 9 de febrero pasó lo inaudito: una película en lengua extranjera se llevó el Oscar a Mejor Película. El triunfo de “Parásitos”, del director surcoreano Bong Joon-ho, representa sin duda uno de los hitos más grandes en la historia de Hollywood.
¿Pero cambiará este hecho algo en la Meca del Cine? Probablemente sí.
Comencemos por decir que, desde la incursión de Netflix en la industria cinematográfica, los grandes estudios hollywodenses han tenido que ceder ante el streaming. El productor y empresario mexicano Gastón Pavlovich lo sabe muy bien. Él fue el artífice detrás de El Irlandés, la más reciente película de Martin Scorsese que, aunque no se llevó ni una estatuilla, sí dejó claro que la forma de hacer negocios en Hollywood ha cambiado.
Lean lo que dijo el sonorense en una entrevista con Bloomberg Businessweek y enseguida les digo qué tiene que ver todo esto con “Parásitos”, la gran ganadora de los Oscar.
“Hoy en día Hollywood ya es Netflix. La vieja escuela del cine está aceptando su modelo de negocios porque les resuelve problemas de tiempo y de dinero. Para hacer The Irishman la cosa fue simple: Hollywood no quiso poner el dinero, Netflix sí. Hollywood seguía empeñado en venderles sus productos a otros países de manera forzada. No vieron que el cine ya había crecido en audiencia y que el resto del mundo ya veía contenidos locales de gran calidad. Las audiencias ya no sólo ven Hollywood, también les interesa el cine de todo el mundo”.
Que una película de Corea del Sur se haya llevado la estatuilla más importante de la noche confirma la tesis de Pavlovich: en un mundo globalizado, Hollywood se hace cada vez más pequeño. Las audiencias ya no quieren ver las taquilleras de siempre; ahora, una película surcoreana o china o colombiana o mexicana o croata puede verse en prácticamente todo el mundo, ya sea gracias a las plataformas por streaming o al interés cada vez mayor de las cadenas de cine por proyectar cine de todo el mundo.
Lo que vimos ayer fue la internacionalización de Hollywood. Al elegir a “Parásitos” como ganadora, los jueces también lanzaron el siguiente mensaje entre líneas: “Vale, el negocio está cambiando y lo sabemos”. En un mundo tan cambiante resulta ya imposible tener metida la cabeza en un agujero como los avestruces.
Y si el negocio cambia es porque los gustos de la gente también lo hacen. Ahora habrá que ver qué nuevas marcas desean sumarse a los Premios Oscar, cuyas audiencias siempre rondan entre los 26 y los 43 millones de espectadores en televisión a nivel mundial, de acuerdo con conteos de Nielsen. Un banquete que en los últimos cinco años han sabido aprovechar firmas como Samsung, Walmart, McDonald’s, AT&T, Rolex, Zara y Cadillac. De hecho, Samsung —marca surcoreana, ¿extraña coincidencia?— aprovechó estos Premios de la Academia para presentar su nuevo Smartphone plegable, el Galaxy Z Flip.
Para una marca no es lo mismo llegar a un espectador que desea ver ganar a Brad Pitt o criticar el vestido de Salma Hayek, que a un espectador que desea ver triunfar a su película de culto favorita. Los hábitos de consumo entre uno y otro perfil varían enormemente. No imagino bebiendo la misma marca de café al espectador que espera la enésima película de Leonardo DiCaprio que al que se muere de ganas de ver la nueva producción de Lars Von Trier.
Es un hecho que las audiencias televisivas de los Premios Oscar han tenido altibajos que desconciertan. En 2018 fue el año más bajo, con 26.5 millones de espectadores. Al siguiente año, 2019, el número subió a 29.7 millones, mientras que la mejor edición fue la de 2014, con 43.7 millones, cuando Ellen DeGeneres fue la host principal.
En México podría ser el inicio de otro cambio. Veámoslo desde la siguiente perspectiva: hace 10 o 20 años, hubiese sido muy difícil —incluso imposible— ver en la pantalla grande una cinta como “Parásitos”. Sencillamente porque no había interés en traer una película surcoreana de un director cuyo nombre sería impronunciable para la mayoría de los mexicanos.
Sin embargo, desde hace algún tiempo, Distribución Cinépolis ha tenido un gran ojo para identificar las transformaciones de las audiencias. Gracias a sus Salas de Arte, hemos podido ver maravillas como la que hizo Bong Joon-ho. Mucha gente dirá: “Se puede ver en la Cineteca o en cines alternativos”. Pero ojo: Cinépolis es la cadena de cines más grande de México. Es importante que en sus salas haya películas para todos los gustos. Esto, incluso, beneficiaría al cine nacional, que está tan maltratado por su deficiente exhibición.
Todo indica que Hollywood ha aceptado, por fin, la globalización del cine y de la cultura de ver cine. Enhorabuena por Bong Joon-ho y por una industria descentralizada de Hollywood.