La caída en el precio de comercialización de bitcoin, ethereum, ripple, litecoin, dogecoin y otras criptomonedas ha sido muy importante en los últimos días.
Sólo la moneda digital más relevante cayó un 40 por ciento desde comienzos de mayo. Pasó de valer más de 64 mil dólares a 38 mil esta semana, con un piso cercano a los 30 mil dólares el 17 de mayo pasado.
Esto puede ser un gran problema para todos aquellos que en los últimos tiempos se han volcado a este atractivo mercado crypto.
Sin embargo, donde hay una crisis, siempre hay una oportunidad. Este dicho siempre está vigente y más que todo en el mundo de los negocios.
En efecto, hay inversionistas que aunque han visto caer los precios de sus activos digitales, están aprovechando estas pérdidas en su beneficio.
No son inversores comunes (ni tú, ni yo, claro está) sino grandes “apostadores” del ecosistema de las criptomonedas que tienen sus carteras registradas en los Estados Unidos y que a diferencia de los inversionistas clásicos de acciones o fondos mutuos, pueden realizar una serie de artilugios financieros para evadir responsabilidades impositivas. Y dentro de las actuales normativas.
Bitcoin en el debate
Eso se debe a que una serie de normas relacionadas con el lavado de dinero no se aplican a las criptomonedas.
Así es, los inversores en criptomonedas pueden estar impactados por la corrección en el precio que anticipa un posible “cripto invierno” para los próximos meses.
Sin embargo, esta debacle tiene un lado positivo para algunos: les abre la puerta a una estrategia fiscal que les permite reinvertir a mejores precios.
Esto es así porque las pérdidas en criptomonedas se tratan de manera diferente a las de las acciones o fondos comunes de inversión.
Según CNBC, lo que están haciendo algunos inversores en criptomonedas es vender estos activos con pérdidas y luego usarlas para deducirlas del impuesto a las ganancias de capital de las inversiones “tradicionales” en las que hayan obtenido dividendos, como acciones o bonos, por ejemplo.
Luego, con los fondos que iban a usar para pagar ese impuesto, pueden recomprar las criptomonedas que vendieron de forma inmediata, pero a los precios actuales muy bajos y esperar que el mercado repunte de nuevo.
Acciones y bonos
Esta posibilidad no está abierta para aquellos que sean sólo inversionistas en acciones o bonos, ya que no pueden recomprar papeles al mismo valor –o a un valor similar– dentro de los 30 días antes o 30 días después de una venta, sin que se generen sanciones.
Se trata de una “laguna jurídica”, una de las tantas que ofrece el ecosistema de las criptomonedas en relación con las normas fiscales en la gran mayoría de los países.
Este vacío legal existe debido al hecho de que los reguladores no consideran que las criptomonedas sean “valores”, sino que los grava como una propiedad.
Si el bitcoin vuelve a subir (algunos especulan que podría llegar a los 100 dólares a fin de año), la ganancia de los “criptoinversores” se multiplicaría y habrían pagado todos los impuestos por los dividendos del resto de sus inversiones “clásicas”.