Una opinión a título muy personal es que la novedosa disciplina bautizada como exFEARiential strategies, tiene más riesgos que beneficios. Sí, es potente, genera un fuerte awareness, puede parecerle simpática a la masa de consumidores, pero ¿valdrá la pena el riesgo?

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La llamada publicidad del miedo es una tendencia que se hizo pública con cierta frecuencia durante 2013 y que brega sobre el entendido de que el pánico es el sentimiento más poderoso que existe y que sobre esa lógica, en términos de branding, deja una huella indeleble entre los consumidores.

La pieza que manifiesta y define a esta forma de publicidad fue elaborada por la agencia John St. de Toronto en Canadá.
Sin embargo, al ver por primera ocasión este documento uno puede llegar a confundirse, ya que parece que se trata de un sketch cómico similar a los que suelen verse en programas como Saturday Nigth Live, pero no lo es, se trata de un video legítimo y serio.
Y a reserva de las posturas personales que pueda albergar cada profesional de la mercadotecnia, el material contiene piezas de muy buena manufactura como la campaña que la firma coreana de electrodomésticos LG viralizara exitosamente para la difusión de sus pantallas planas de alta definición en América del Sur.
Sin embargo, sobre la lógica de que las marcas buscan generar sentimientos positivos entre su público y no necesariamente dejar amargos recuerdos, que en algunos de los casos que expone el video no se acercan ni a lo simpático (como el del secuestro del bebé), de ahí que esta disciplina mal manejada puede ser contraproducente.
Incluso, más allá de lo genuino que puedan ser las producciones (ya de mal pensados, se podría suponer que los videos cuentan con el apoyo de actores profesionales, que son producciones muy ensayadas sin adrenalina implícita, vaya, no muy honestas que digamos y que más bien dependen del contagio en redes sociales para justificar su éxito) el cuidado que se debe tener si se entra en este terreno, debe corresponder al de una planeación minuciosa cercana al nivel de la perfección, de lo contrario, el peligro de que en algún punto pudiera salirse algo de control, estriba en que se provoque una reacción muy humana ante la agresión, que tambien es otra agresión, de modo que no quisiéramos leer que gracias a una “simpática” activación de ExFEARiential marketing, alguien espontáneamente y de manera instintiva sacó un arma y comenzó a disparar, mayormente cuando se sabe que existen ciertos países en los que portar un arma no es cosa extraña y que en consecuencia, lo que eventualmente intentó favorecer a la marca, se transformó en un evento negativo de proporciones mediáticas y hasta penales, lo cual puede dar al traste con todos los esfuerzos que durante años una empresa ha hecho por sus marcas.