Hace un tiempo, en otra columna, me preguntaba “¿(…) por qué otras profesiones ejercen la nuestra (…)?, ¿en qué estamos fallando que no terminamos de sentar una posición con todo el diferencial y el valor que podemos aportar?” Y la revolución generada por ChatGPT movió nuevamente el avispero respecto al futuro de la profesión.
“Escribí una o dos líneas sobre tu noticia” y voilá rápidamente tendremos una gacetilla hecha. Esa es la propuesta de “amiga”, la herramienta de inteligencia artifical creada por Propel para simplificar las tareas de prensa y PR. Lo novedoso de “amiga” es que, por un lado, simplifica y hace más productivo el trabajo de los profesionales de PR pero, por el otro, implica eliminar puestos de trabajo en el sector.
En relación a esto último, según un estudio, en EE.UU. se estima que las tecnologías impulsadas por IA podrían afectar gravemente a numerosas profesiones dado que estas herramientas son lo suficientemente potentes como para, por ejemplo, desarrollar propuestas de PR. De hecho el estudió clasificó qué profesiones podrían sufrir la mayor interrupción y entre una lista de varias afectadas están, justamente, las relaciones públicas y también el periodismo.
Sin embargo, como decía en mi última columna “(…) lo importante, más allá de la herramienta, será el uso que se haga de ella”. En este sentido, Wired, ha sido uno de los primeros medios en publicar cuál será su política oficial de IA y cómo planea usarla en sus publicaciones:
“No publicamos historias con texto generado por IA , excepto cuando el hecho de que sea generado por IA sea el punto central de la historia. (En tales casos, divulgaremos el uso y marcaremos cualquier error), (…) Esto se debe a razones obvias: las herramientas de inteligencia artificial actuales son propensas tanto a errores como a sesgos, y a menudo producen una escritura aburrida y poco original. Además, creemos que alguien que se gana la vida escribiendo necesita estar pensando constantemente en la mejor manera de expresar ideas complejas en sus propias palabras”.
Respecto a este punto, sobre el que reflexiona Wired, el estudio también coincide en que uno de los problemas que presenta GPT es que puede cometer errores, lo que hace que necesaria la intervención de una persona para supervisar. Esto pone de manifiesto que ChatGPT no es lo suficientemente efectivo como para automatizar, en su totalidad, ciertos trabajos.
Entonces, más allá de los cambios que implica el surgimiento de una nueva tecnología de estas características, no debemos perder el foco porque los problemas que atraviesa nuestra profesión no tienen que ver pura y estrictamente con la IA que, en última instancia los pone más en evidencia, pero en realidad son de larga data.
Como bien afirma el catedrático James Hutton “(…) aunque abundan las oportunidades, es improbable que las relaciones públicas cumplan su promesa hasta que estén dispuestas y sean capaces de identificar su naturaleza y alcance fundamentales (…) Desde sus inicios (…) las relaciones públicas han sufrido una crisis de identidad (…) Tanto en la teoría como en la práctica, no han logrado llegar a una definición ampliamente aceptada de sí mismas en términos de su propósito (…)”.
Con esto quiero decir, que el principal desafío de mantener vivas y activas a las relaciones públicas va más allá de cómo puedan impactar o no el surgimiento de nuevas tecnologías en el ejercicio de las PR, sino que depende de nosotros. Cómo les compartí alguna vez, los invito a reflexionar si realmente estamos aprovechando todo el potencial que ofrece nuestra profesión porque ya no alcanza solo con decir y defenderla con vehemencia, hay que hacer. O vamos a desaparecer (y no podemos culpar a la IA).