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No estás viendo todos los problemas o todas las situaciones que deberías enfrentar.
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El exceso de confianza es tan malo como el exceso de desconfianza.
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Algunas personas son en extremo positivas para ocultar problemas internos.
Cuesta trabajo ser positivo en el año en que inició la pandemia de COVID-19. Sin embargo, ser pesimistas o sentirnos mal, tal vez no sea lo peor. Es más, ser demasiado positivo, puede traerte consecuencias negativas a tu vida o tu trabajo. ¿Cómo? Sí, leíste bien. Algunos le llaman “positividad tóxica”, un grado tan alto de emociones positivas que se traduce en todo lo contrario. Los aspectos psicológicos que componen la personalidad del ser humano pueden llegar a ser muy complejos y las razones por las que alguien puede ser un optimista extremo, pueden ser muchas. En algunas ocasiones, puede tratarse de una máscara, de un disfraz que se ponen con la finalidad de no enfrentar sus problemas internos. O bien, puede ser un acto reflejo para defenderse de la hostilidad del mundo exterior.
Venga de donde venga, la positividad tóxica se puede convertir en un grave problema en el entorno laboral. Seguro conoces a ese compañero que sonríe todo el tiempo y está muy alegre sin importar lo que pase. El problema es cuando su alegría no se trata de algo contagioso que te dé paz, sino que, por el contrario, se trata de una situación incómoda, que no te hace sentir bien. Y la situación se puede tornar incluso peligrosa para la productividad de una empresa. Así como tampoco es bueno tener a alguien muy negativo, que no quiere hacer nada ni siente motivación, el extremo opuesto tampoco es bueno. Los seres humanos necesitamos de todo el rango completo de emociones para funcionar adecuadamente. El enojo, el miedo y la tristeza, están dentro de nosotros por una razón y también cumplen un propósito.
Mala preparación
El exceso de confianza es tan malo como el exceso de desconfianza. Dedicarte a un trabajo implica un cierto esfuerzo y si te encuentras convencido de que todo saldrá bien, que no necesitas estresarte por ello, puede ser que no te prepares lo suficiente y el resultado no sea bueno.
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Ceguera a los riesgos
El exceso de confianza también puede hacer que no veas bien los riesgos de tus acciones. Existen tareas delicadas a las que debes tratar con la debida precaución. Si entras con demasiada soltura y despreocupación, puede que no midas las consecuencias de un fracaso.
Consecuencias inesperadas
Existe la creencia de que mantener la mente positiva, trae consecuencias positivas. Entonces, uno enfoca todo su ser a ello, para encontrar una resolución satisfactoria. Pero la decepción puede estar a la vuelta de la esquina y debemos estar preparados para enfrentarla. De lo contrario, terminaremos por destrozar nuestra motivación con el tiempo.
Presión interna
Más arriba dijimos cómo algunas personas son en extremo positivas para ocultar problemas internos. Si esto ocurre, puede ser muy peligroso, puesto que a la larga el cuerpo no podrá contenerse y explotará. Esto incluso puede llegar a manifestarse en malestares físicos.
Negación de obstáculos
Ver todo positivo, es ver la vida parcial. No estás viendo todos los problemas o todas las situaciones que deberías enfrentar. Esto te da un panorama incompleto de los problemas que pueden presentarse en un trabajo, los cuales no sólo deben verse de un lado.