Además de adoptar una filosofía de trabajo, las marcas deben contar con todo tipo de estrategia para todo momento, desde las comerciales hasta las hipotéticas, los planes B, aquellas que solo se utilizarían en casos extraordinarios.
De acuerdo con Forbes, una de las estrategias poco atendidas o mal diseñadas es la estrategia de salida, aquella situación sin control y de la que casi ninguna compañía se suele preparar con antelación, que es cuando la marca tiene que cerrar, por liquidación, crisis o cuando los dueños mueren en un accidente.
Aunque la postura de la mayoría de las marcas es que no lo tenían contemplado, que no todas las empresas viven para siempre, por lo que las compañías deberían tener planes de cuánto piensan durar en el mercado, si 20 o 30 años, no si se trata de obtener el éxito deseado, sino de a qué manos pasaría la firma en caso de que sus fundadores falten.
Una estrategia en mente y planteada a un grupo de confianza cercano ayudará a administrar mejor, ya que una estrategia de salida ayudará a documentar las cosas en tiempo y forma, es decir, infraestructura y procesos internos.
La estrategia de salida ayudará a determinar cómo valorar el negocio en caso de que alguna otra compañía más grande haga una oferta para comprar el negocio. Cabe recordar que Blockbuster no tuvo un “plan de salida” cuando Netflix la quiso adquirir, por lo que terminó sin venderse y sin ingresas ganancias, lo que la orilló a ir a la quiebra.
Según Forbes, aunque las compañías sean “muy exitosas” o que tengan cero planes de vender su negocio, deben contar con un plan de salida, ya que solo basta 5 o 6 años para que el mercado gire o evolucione lo suficiente como para determinar qué empresas irán a la quiebra y cuáles sobrevivirán.