Aparecieron por primera vez en 2010 como personajes secundarios en “Mi villano favorito”. De figuras redondas u ovaladas andróginas, con uno o dos ojos, goggles y vestidos de overol, las pequeñas criaturas rápidamente llamaron la atención y se hicieron de un lugar en la cultura pop. De ahí han aparecido en las tres secuelas del filme, haciéndose después de su propia película, la cual narra sus orígenes, y ahora de una secuela.
Su humor es sencillo, travieso y ayudan tanto como meten en problemas. Su éxito y trascendencia han sido tantos que en 2015 su filme hizo 1.59 billones de dólares de un presupuesto de 74, sumando a la franquicia de “Mi villano favorito” que acumula (y contando) 3.7 billones. Más aún, los estudios Universal los adoptaron oficialmente en 2015 como su mascota. Igualmente se han convertido en protagonistas esenciales de memes.
De manera atípica y a diferencia de muchos otros personajes icónicos, los Minions no tienen una personalidad distintiva como tal y, más allá del trabajo en equipo o el sentido de comunidad, no persiguen otras finalidades didácticas. Son, “simplemente”, los ayudantes de villanos y antihéroes.
La primera gran ventaja de los Minions es precisamente su diseño. Son simples. Ello los hace fáciles de identificar y replicar, sin que en la conjunción de elementos pierdan la posibilidad de ser versátiles. Hay Minions como Kevin, Stuart y Bob que han adquirido más presencia que otros, pero hay muchos más y sus elementos combinan muy bien con otros. Es así como los hemos visto de pilotos, a la usanza de los 70’s y en otras tantas variantes. El que su figura esté fincada en curvas, también facilita la cercanía. Baste notar cómo el mismo recurso es usado por otros personajes emblemáticos (Hello Kitty, el Gato con Botas) y, más aún, por sus versiones infantiles. Y claro, son amarillos, el color ideal para reflejar alegría y diversión, como la propia Alegría de “Intensa Mente”.
Más allá de su diseño, la actitud desenfada y libre de prejuicios, similar a la de un niño, ha hecho que los Minions se conviertan en mediadores culturales, abordando diferencias y similitudes de manera juguetona. Son un producto global ideal, fáciles de agradar, de hacerse relevantes y con un cierto grado de misterio… nunca se sabe bien qué van a hacer.
Así que, en términos generales, los Minions son accesibles porque no tienen una agenda, están para divertir y complacer, son fáciles de identificar, siempre tienen una actitud positiva, son sensibles, amigables y lo suficientemente traviesos como para cautivar, pero sin caer en riesgos. Y, por si fuera poco, como resultado, son profundamente mercadables y el producto perfecto, narrativa, mediática y comercialmente.