¿Quién será nominado? ¿Quién quedará fuera?
Las nominaciones a la Ceremonia 94 de los premios de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas son mañana; los premios el 27 de marzo.
Como pocas veces en la historia, el “deporte” de predecir a los nominados es más incierto que nunca y, aunque el Oscar siempre está envuelto de polémica dado que existen grandes figuras que nunca ganaron un premio (Alfred Hitchcock y Charlie Chaplin, por ejemplo, nunca ganaron como directores, por lo que recibieron premios honorarios; el segundo también alcanzó en competencia una estatuilla por Música Original), no deja de ser el premio más relevante.
Por un lado, lo es por su tradición (es de los primeros premios de la industria), por otro, es otorgado por el mismo gremio (actores, directores, fotógrafos, productores, vestuaristas, editores y demás votan) en un rango muy amplio (casi 10 mil votantes) y que se ha encargado de diversificar en los últimos años (recordemos el famoso #OscarSoWhite que impulsó modificación hace alrededor de una década), bajo mucha secrecía y con un sistema de votación complejo (y que amerita otra columna) y, claro, no digamos que se distingue por ser el más elegante y fastuoso.
Una película nominada, según reportes de Vox, por ejemplo, puede incrementar en la taquilla hasta casi un 40 por ciento; el talento se beneficia también en un 20%. Aunque lo que vemos de las premiaciones es el evento como tal, la alfombra roja y todo lo que comunica glamour, en el fondo, son un mecanismo más de la industria.
Desde los festivales de cine que en realidad son mercados de cine para conseguir distribuidores o bien fondos para producir películas hasta los galardones de círculos de críticos, sindicatos y demás, los premios sirven como una herramienta de marketing que le da visibilidad a los proyectos, indicándole al público qué vale la pena ver bajo ciertos parámetros, contribuyendo a su taquilla o ingresos por otros medios, ya sea en ese momento o bien a futuro, y lo mismo sucede con el talento.
Para llegar al Oscar y predecir qué o quién estará nominado existen más de cien premiaciones. Las más destacadas están identificadas en algunos festivales de cine (Cannes, Venecia, Sundance, Telluride, por ejemplo), en premiaciones especializadas (los Spirit Awards para el cine independiente o los Annie para la animación), los premios de sindicatos donde votan varios de los miembros de la Academia (actores, directores, productores, editores, entre otros) que a su vez votan, en la primera ronda, por los nominados de su categoría, y unos pocos más que han ido adquiriendo especial relevancia a lo largo de los años por su correspondencia con el Oscar o bien por quiénes votan como los Globos de Oro (ahora en cierto desprestigio por su poca representatividad), el BAFTA (equivalente inglés del Oscar), y el Critics Choice.
Predecir nominados y ganadores, en gran medida, se va reduciendo a ir casi casi palomeando qué o quién fue nominado o ganó y en dónde.
Por ejemplo, un nominado al Premio del Sindicato de Actores o SAG, tiene muchas mayores probabilidades de ser nominado en las categorías correspondientes y así con las otras ceremonias. Lo usual es que exista una gran correspondencia entre nominados, aunque haya variaciones en ganadores; hay años en que la tendencia es clara.
El año anterior, por citar un caso, Daniel Kaluuya se convirtió en el favorito en la categoría de actor de reparto, uno antes en la de actor fue Joaquin Phoenix. Parte de la emoción está en que, aunque hay tendencias también hay sorpresas.
En la ceremonia anterior había dudas sobre si “Nomadland”, la favorita podría ser vencida por otra como “El juicio de los 7 de Chicago” o uno antes sobre si “Parásitos”, nominada y segura ganadora en la categoría de película extranjera (hoy filme internacional), ganaría el premio principal y es que ninguna otra película lo había hecho antes. Ésa es la cuestión, el premio se define por probabilidades y sorpresas. Cada año, hay algo que no había sucedido antes.
En 2019, Marina de Tavira sorprendió con su nominación como actriz de reparto cuando no apareció en otros premios con influencia (sólo apareció en los Platino y el Ariel y ninguno es tomado en cuenta en Hollywood). El año anterior, fue la primera vez que una mujer ganó a Mejor Director (Chloé Zhao), una surcoreana ganó Mejor Actriz de Reparto (Youn Yuh-Jung por “Minari”), y, entre otras “primeras veces”, un actor de origen pakistaní fue nominado como Mejor Actor (Riz Ahmed) y uno de origen sudcoreano (Steven Yeun) fue considerado en la misma categoría.
Este año, ha habido una presencia bastante clara de ciertos filmes (“El poder del perro”, “Belfast”), pero en la gran mayoría de categorías, sobre todo en las de actuación, prácticamente ningún histrión (salvo Benedict Cumberbetch o Kodi Scmit-McPhee, como Actor y Actor de Reparto por “El poder del perro”, y alguno otro) ha conseguido aparecer en todas las nominaciones, haciendo más incierto el proceso y agregándole emoción a la premiación más importante del año.
¿Quién estará nominado? ¿Quién se quedará fuera? La respuesta llegará mañana y, entonces, comenzará una nueva carrera por descubrir quiénes ganarán.