México.- A finales del año pasado te dimos a conocer que la multinacional Procter & Gamble (P&G) vendería las marcas Camay y Zest a su rival Unilever, así como la fábrica de jabones Talismán ubicada en la Ciudad de México. Te decimos algunas de las razones de esta transacción.
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De acuerdo con información de Forbes, Zest y Camay son parte del portafolio Skin Care and Makeup de P&G y aunque las dos marcas generan ingresos combinados por 225 millones de dólares al año esto representa apenas el 4 por ciento de este sub-segmento dedicado al cuidado de la piel que en su totalidad representa el 7 por ciento de los ingresos de Procter & Gamble.
En el caso de Unilever la situación es distinta. Su segmento Skin and Hair Care es el segundo más grande y le da a la compañía el 26 por ciento del total de ingresos y se espera que este sea mayor ahora que la multinacional se enfocará más en cuidado de la piel y el cabello y menos en alimentos.
En resumen, Camay y Zest representaban ganancias mínimas para P&G y por eso las vendió a su rival Unilever, para quien sí serán marcas importantes debido a sus estrategias en productos para el cuidado personal.
En lo que se refiere a la planta de jabones Talisman de la Ciudad de México, que va dentro de la transacción, sus 170 trabajadores serán transferidos de P&G a Unilever una vez finalizadas las negociaciones.
Desde el año pasado P&G anunció que se desharía de alrededor de cien marcas para concentrarse en las que le dan más ganancias, por lo que las que no representan ingresos importantes fueron vendidos a la competencia. Otra marca que la multinacional vendió fue Duracell, el cual será propiedad de un consorcio del magnate Warren Buffet.