La optimización de la cadena de suministro se ha convertido en un imperativo para las empresas que buscan mantenerse competitivas y adaptarse a un entorno empresarial en constante cambio. En este contexto, la integración de tecnologías emergentes, como el Big Data, emerge como un catalizador fundamental para impulsar la eficiencia y la rentabilidad.
El Big Data en la cadena de suministro proporciona a las empresas una visión detallada y en tiempo real de sus operaciones logísticas. Al analizar meticulosamente los datos generados en los almacenes, las organizaciones pueden identificar patrones, tendencias y áreas de oportunidad hasta ahora inexploradas. Este enfoque analítico no sólo revela posibles mejoras en la eficiencia, sino que también destaca oportunidades para innovar en la entrega de productos y servicios.
Ese panorama lo podemos ver en datos de un estudio de la consultora International Data Corporation que apunta que en 2025 habrá más de 41 mil millones de dispositivos inteligentes en todo el mundo, por lo que se espera que el conjunto de dispositivos produzca ese mismo año un volumen de datos superior a los 79.4 zettabytes.
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