Carlos Andrés Mendiola
@carlosamendiola
Netflix guardará silencio
La semana pasada, Netflix reportaba su crecimiento durante los primeros meses del 2024, agregando poco más de 9 millones de suscriptores que dan un aproximado de 270 millones de dólares. Disney+, su competidor más cercano está en alrededor de 150.
Con esa información, Netflix comentó que dejará de reportar su número de suscriptores de manera cuatrimestral y en su lugar dará números relativos a las vistas de sus producciones.
La decisión de Netflix ha despertado reacciones de todo. En concreto, se centran en dos aspectos, por qué dejar de hacerlo y cómo afecta ello la guerra de los servicios de streaming y, por ende, lo harán otras compañías.
El primer punto es sencillo. Está, por un lado, el que su dominio del mercado es tan contundente que no deja ya dudas y, por el otro, el que no podrá seguir creciendo al mismo ritmo. Es decir, tarde que temprano y parece que más temprano que tarde, Netflix no crecerá, quizás incluso decrezca.
Netflix está en el momento en que requiere encontrar su punto de equilibrio y consolidarse.
A diferencia de Netflix que reportó ganancias tanto en 2022 como en 2023, al parecer, el modelo ya es rentable, sólo Max alcanzó un mínimo en esa dirección, pero ni Disney+, Paramount u otras están cerca de ello.
Para expresar cierta certeza, los otros servicios no pueden darse el lujo de dejar de reportar su número de suscriptores. Es el principal indicador de sus ingresos. Netflix puede darse el lujo, los demás no.
El modelo de negocios de los servicios de streaming aún no encuentra su balance, pero parece estar más cerca de conseguirlo. Está también el que obedecen a estructuras distintas. Disney+ y Max, por ejemplo, forman parte de un modelo de negocios más grande.
Para Netflix es lo central. Ello hace también que las apuestas y estrategias sean distintas. Sin embargo, en todos los casos, al no haber, como en otros medios métricas estándar la interpretación de qué tan bien funcionan y posibles comparaciones entre ellas son relativas.
El número de suscriptores era un primer parámetro y con Netflix dejando de reportarlo se pone en un lugar distinto de los demás.
Con una dinámica de reporte que incluye datos tan variables como el número de horas que se vio un contenido y que puede incluir el que se haya visto por completo o sólo unos minutos o simplemente los títulos más vistos, el panorama se torna difuso.
La información está, pero no hay métricas estándar. Los servicios definirán las propias, las convenientes y las utilizan según sus propias estrategias e intereses, máxime que los modelos están por incluir anunciantes.
La guerra de los servicios de streaming está dejando de ser una guerra de contenidos para convertirse en una de percepciones o interpretación de números.