De acuerdo con Ericsson, en 2016 se contabilizaron más de 2 mil 600 millones de personas en el mundo con un smartphone y para 2019 se prevé que habrá 6.1 mil millones de personas con acceso a un teléfono inteligente, lo que sería el equivalente a cerca del 70 por ciento de la población del planeta.

De acuerdo con GfK, se prevé que durante este 2017, los smartphones suban 7 por ciento de precio, no obstante, lo que llama la atención es que mientras los gadgets, electrónicos y televisores disminuyen de precio, los teléfonos inteligentes suben de precio año con año, lo cual los convierte en un producto de primera necesidad, pero no disponible para todos los bolsillos.

Pese a que existen más fabricantes año con año, las marcas existentes tienden a agregan nuevas características a los smartphones, con la condición de volverlos más caros, y en lugar de desalentar a los consumidores, el efecto es contrario, ya que las ventas se incrementan, a pesar sus elevados precios.

Según parece, la demanda de smartphones es por las características que ofrecen los mismos, aunque están surgiendo fabricantes locales que ingresaron al mercado y están dando opciones más baratas y accesibles.

El precio promedio de un smartphone en América del Norte aumentó 4 por ciento a más de 400 dólares en el tercer trimestre de 2017, en comparación con 2016, mientras que en China aumentó un 15 por ciento, a 327 dólares.

Asimismo, las alzas contemplan la inflación en los mercados globales, mientras que la de Estados Unidos fue de 6.7 por ciento desde 2012, por lo que un celular que valía 99 dólares en 2012, hoy valdría 107 dólares si fuera el mismo, pero con todas las adecuaciones, características e innovaciones, ese smartphone triplicaría su precio.