-
De acuerdo con Covenant Eyes, la industria del porno en Realidad Virtual ya tiene un valor de mil mdd a escala global
-
Enough is Enough apunta que hasta cuatro de cada 10 personas cree que el consumo de este contenido es aceptable
-
Según Psychology Today, alrededor de una cuarta parte de la gente que consume este tipo de materiales es mujer
Varias compañías e industrias han probado ser controversiales por sus acciones o propuestas. El modelo de negocio de las plataformas de publicidad digital está bajo enorme escrutinio por cuestiones de privacidad y protección de marca. Las compañías de tecnología y automotrices han retrasado tantas veces la llegada de la conducción autónoma, que algunos dudan si acaso es posible concretarla. Pero pocos mercados son tan divisivos como el del porno.
La industria de contenido pornográfico es, literalmente, imposible de medir. Medium apunta que el porno, según algunos estimados, podría valer hasta 97 mil millones de dólares anuales. Al mismo tiempo, tiene una reputación muy negativa. Varios sitios han dedicado largas piezas al daño psicológico permanente que supuestamente producen. Otros estudios defienden el punto contrario. A eso debe sumarse algunos retos inherentes a la comercialización del sexo.
Independientemente de sus tabús y controversias, han surgido grandes negocios y compañías alrededor del porno. Pornhub, uno de los sitios más influyentes a escala global dentro de la industria, es todavía una de las 50 páginas más visitadas del mundo. Como muchas otras empresas, estos negocios también tienen campañas comerciales y buscan innovar en su mercado. Casi sorpresivamente, también están liderando una profunda revolución social.
Un sitio porno que lucha por la integridad de sus estrellas
Muestra de esto es la última adquisición de BangBros. Según Mashable, la compañía compró el sitio web PornWikiLeaks. Como el nombre lo sugiere, esta página compilaba información personal de múltiples estrellas de la industria porno. Entre los datos que había disponibles, se contaban direcciones, números de teléfono, nombres reales y otros detalles sensibles de las personas o sus familias. Alrededor de 150 mil artistas habían sido afectados por la página.
La empresa adquirió el dominio y los datos disponibles en los servidores. Posteriormente, reemplazó la página principal con un mensaje donde rechaza terminantemente este tipo de actividades. Asimismo, publicó en YouTube y Twitter un video donde literalmente se muestra cómo quema los discos duros con la información física del sitio web. Múltiples estrellas y compañías de la industria del porno y el erotismo felicitaron a la página por su iniciativa.
"We have recently acquired the website https://t.co/e2TBTNK27Y and today we took possession of all their hardrives full of sensitive and personal information. And now we are disposing of them" pic.twitter.com/qYFXMJus2v
— BANGBROSOFFICIAL (@BangBrosDotCom1) August 29, 2019
¿Nuevos líderes del cambio social?
Éste es solo el último caso de un sitio para adultos trabajando por un cambio social positivo. En abril pasado, la página Pornhub lanzó la iniciativa Beesexual. El proyecto buscaba realizar donaciones a organizaciones de protección y conservación de las abejas. Hace unos días, la marca también lanzó “la película porno más sucia de todos los tiempos”. Este proyecto promete realizar donaciones para limpiar una de las playas más contaminadas del mundo.
Indudablemente, las personas desea que las compañías se comprometan con su entorno en diferentes dimensiones. Este concepto está detrás de las iniciativas de Responsabilidad Social Corporativa (CSR). A pesar que los negocios tienen presentes estas exigencias del público, su implementación no ha sido estelar. Las marcas más poderosas del mundo, a pesar de su influencia, se limitan a vender galletas lamidas o dejar de usar empaques para recortar costos.
Los sitios porno están en una posición privilegiada en cuestión de CSR. Sus acciones, aunque igual o más pequeñas, parecen más significativas y contundentes que las de otros negocios. Aunque no hacen gran diferencia por sí mismas, sí pueden fomentar un enfoque más activo en industrias y compañías. Ya sea que inspiren a otros negocios a ser mejores o convenzan a los usuarios de exigir a otras marcas una mayor participación en los grandes retos del mundo.
Irónicamente, a pesar de su posición como una industria tabú, el porno podría salvar al mundo. Tal vez no por su acción directa. Pero sí al actuar como una fuerza de inspiración para compañías y organizaciones con recursos y alcance más grandes que los suyos.