Cuando se analiza la conclusión del estudio “La frugalidad es difícil de pagar”, de los investigadores de la Escuela de Negocios Ross de la Universidad de Michigan, Mike Palazzolo y Yesim Orhun, es más que lógico entender que quienes más tienen, pueden darse ‘el lujo’ de gastar menos en los productos de consumo diario. Y este es el porqué…
Durante siete años, estos investigadores analizaron los patrones de consumo de 100.000 hogares estadounidenses y con estos datos han podido concluir que, entre otras ventajas, el tener más dinero contribuye a gastar menos en los productos de consumo cotidiano, porque que puede comprar en mayores cantidades y aprovechar grandes promociones y ofertas que quienes ganan menos no pueden pagar, al necesitar distribuir su presupuesto en muchos más gastos.
En otras palabras, tener mayor disponibilidad de dinero permite comprar con mayores descuentos y en mayores formatos, de hecho, como ejemplo han mencionado que los participantes del estudio considerados ricos, gastaban un 6 por ciento menos en papel higiénico, que quienes no lo eran. Y todo gracias a los formatos, compras por lotes mayores o a la posibilidad de aprovechar grandes ofertas, que quienes no disponen de tanta liquidez, no pueden utilizar.
No disponer de tantos recursos para gastar, hace que los consumidores establezcan un patrón de consumo que les permita cubrir todas sus necesidades, para lo cual deben comprar de todo, pero en menor cantidad (o de menor calidad), lo que se refleja en envases de menor tamaño y promociones u ofertas que no son tan ventajosas como las de quienes si disponen de más dinero para gastar.
Según el estudio, los hogares que perciben menos de 20.000 dólares al año, considerados de bajos ingresos, pueden comprar en oferta un 28,3 por ciento de las veces, mientras que las familias con ingresos superiores a 100.000 dólares, pueden ahorrar en un 38,9 por ciento de las ocasiones en las que compran. Asimismo, en el caso de los primeros, se compra el producto más barato el 35 por ciento de las veces y en caso de las clases más acomodadas, la cifra disminuye a un 27,4 por ciento.
El paper completo de este estudio universitario en el siguiente enlace.