Las tendencias en el mercado cambian rápidamente, por ello el mercadólogo se mantiene (o debería mantenerse) atento a la actualidad. Para esto, existe la minería de contenido.
Esta, es la práctica que lleva a profesional de la mercadotecnia a desechar o conservar la información pertinente para las marcas, dependiendo de si es útil o no en ese momento en su relación con los consumidores.
Es decir, la información relevante para una compañía este año, no lo será en 2018, aquí entra la minería de contenido o web mining. El objetivo primordial es seleccionar lo verdaderamente valioso para las marcas, las joyas que guiarán a la estrategia al éxito, de ahí el nombre.
Los datos se elige, pulen, enriquecen, reducen y transforman en las bases. Acorde con los objetivos planteados, pueden utilizarse algoritmos desarrollados en diversas áreas de la inteligencia artificial.
Esta selección cuidadosa de información con valor es especialmente trascendental en esta época, pues aunque no se trata de una técnica nueva, sí de una que puede ayudar al mercadólogo ante la enorme cantidad de datos que inundan diversos medios como en el caso de internet.
En la era de Big Data (el conjunto de métricas y tendencias que surgen en la medida en que usuarios y consumidores interactúan a través de plataformas digitales) cuyo volumen a nivel mundial fue de 15 mil 732 millones de euros en 2016, según un estimado de Experton y que crecerá 10 por ciento este año.
Así, la relevancia de la minería de contenido se reaviva entre las empresas y estrategas.