Si observas la etiqueta de tu ropa, lo más probable es que haya sido fabricada en China o en Bangladesh. Y este último enfrenta una grave crisis política y de seguridad que podría causar un impacto en la industria de la moda, especialmente para las marcas estadounidenses y europeas.

La mayoría de los productos que Bangladesh exporta al mundo son prendas de vestir. El país del sur de Asia es el más grande exportador de ropa sólo después de China.

Decenas de marcas europeas y de Estados Unidos compran todo tipo de ropa a los fabricantes de Bangladesh, pero lo empleados del sector textil en ese país los peor pagados en la región. Además, las condiciones laborales están lejos de ser buenas. Hace un par de años el colapso de una fábrica en Dahka mató a más de mil 100 personas. También han ocurrido incendios con facturas catastróficas en vidas humanas.

Ahora el sector textil de Bangladesh enfrente un nuevo problema. El viernes pasado un comando de fundamentalistas islámicos atacó un restaurante que comúnmente es visitado por turistas donde asesinaron a veinte personas y mantuvieron prisioneras a decenas.

En Bangladesh no son pocos los ataques atribuidos a simpatizantes del Estado Islámico y al Qaeda. Y el caso más reciente encendió los focos rojos en la industria de manufactura de ropa.

Marcas como Gap, Wal-Mart, Zara, H&M e Uniqlo forman parte de la industria textil en Bangladesh, que tiene un valor 26 mil millones de dólares, según estimaciones de Quartz.

Algunas de esas compañías ya están actuando como reacción a los ataques. De acuerdo con un reporte de Reuters, cuatro empresas extranjeras suspendieron viajes a Bangladesh, especialmente la japonesa detrás de Uniqlo.

El tema de una posible salida de los compradores de ropa no es menor para Bangladesh, es uno de los países más pobres de Asia y su economía funciona en gran medida gracias al sector textil, pero eso no es algo que preocupe a las marcas y algunos analistas creen que estas podrían mudarse a otras naciones como Camboya o Sri Lanka.