General Electric (GE) enfrenta una de las crisis financieras más difíciles, debido a una mala financiación de pensiones, mismas que ascienden a los 31 mil millones de dólares y terminaron con la dirección del veterano ejecutivo, Jeff Immelt.
GE no sólo tiene el mayor déficit de pensiones entre las compañías del S&P 500, 11 mil millones de dólares peor que el de la compañía más cercana, según Dow Jones S&P Index.
Sin embargo, la cifra de 31 mil millones de dólares es de finales de 2016. No se han publicado cifras más recientes.
¿Cómo se metió la empresa en ese problema? la falta de atención y de tasas de interés durante años aumentaron los pasivos de las pensiones en todo el mundo. Ese no es sólo un problema matemático: más de 600 mil empleados actuales y anteriores de General Electric dependen de estos cruciales beneficios de jubilación.
El déficit de pensiones fue otra evidencia de los problemas financieros de General Electric, que obligaron a la iconica compañía a recortar sus dividendos el año pasado por segunda vez desde la Gran Depresión. Las acciones de General Electric cerraron por debajo de los 17 dólares el 18 de enero pasado por primera vez en seis años.
“El balance general de General Electric es un desastre”, dijo en entrevista con CNNMoney Gautam Khanna, un analista de Cowen & Co. Quien agregó: “No generan mucho dinero en efectivo, y tienen un plan de pensiones severamente mal financiado”.
Aunque la empresa no debe pagar el dinero de inmediato, sí requiere hacer pagos de pensión a lo largo del tiempo.
Una solución ejecutiva
John Flannery fue el hombre contratado para reparar a la empresa, quien anunció planes en noviembre para abordar el problema de las pensiones, aprovechando los costos baratos de los préstamos. GE dijo que tomará un préstamo de 6 mil millones de dólares en 2018 para cubrir los pagos obligatorios de pensiones hasta 2020.
El déficit de pensiones de General Electric es aún más notorio cuando se considera que la compañía tenía un superávit de pensiones de 14 mil 600 millones de dólares en 2001, cuando Immelt reemplazó a Jack Welch como director ejecutivo.
Luego, GE decidió poner dinero en fusiones y adquisiciones en lugar de guardarlo para pagar lo que debía a sus empleados, dijo Inch. La temporalidad de muchos de esos acuerdos fue mala, contribuyendo en gran medida a la crisis actual de efectivo de General Electric.
A fines de 2008, la pensión de General Electric tenía un déficit de 7 mil millones de dólares, y estalló a partir de entonces. A pesar de ese déficit, Immelt recompensó a los accionistas con recompras de acciones, que buscaban aumentar el precio de las acciones. Entre 2010 y 2016, General Electric gastó alrededor de 40 mil millones de dólares para recomprar sus propias acciones, de acuerdo con FactSet.
“La empresa fue discutiblemente mal administrada”, dijo Inch. “No financió la pensión de manera adecuada, y ahora tiene una enorme pensión sin financiar”.
Immelt se negó a comentar, dirigiendo las preguntas a GE. La compañía no quiso hacer ningún comentario.
¿Quiénes pasan por lo mismo?
Sin duda, otras grandes empresas tienen grandes déficits de pensiones. Boeing mostró un déficit de pensiones de 20 mil millones de dólares a fines de 2016, y General Motors enfrenta un pasivo de 18 mil millones.
General Electric tiene una fila de trabajadores actuales y antiguos a los cuales apoyar. Los diversos planes de pensiones de la compañía financian a cerca de 619 mil personas: aproximadamente 298 mil jubilados y beneficiarios, 227 mil antiguos empleados con derechos adquiridos y 94 mil trabajadores activos.
La empresa de energía también patrocina planes de beneficios de seguro de vida y salud, posteriores a la jubilación, que cubren aproximadamente a 187 mil personas.
La compañía trató de reducir sus obligaciones de pensiones mediante el cierre en 2011 del plan de pensiones para nuevos trabajadores asalariados.
Pero el problema aún se cierne sobre General Electric a medida que considera un cambio radical en los próximos meses. Flannery confirmó el martes que General Electric está contemplando lo que antes era impensable: dividir el conglomerado en piezas más pequeñas.
Pero los analistas advirtieron que los pasivos por pensiones de General Electric son tan grandes como para hacer que el desmantelamiento de la compañía sea muy complicado, si no es que imposible.