Estados Unidos.- Hay mucho para decir del resultado de la elecciones en los Estados Unidos. De hecho, habrá cuatro años para explicar qué y cómo pasó lo que muchos consideran una catástrofe. Estos son sólo algunos datos que explican, en parte, lo sucedido.
Ganó en los Grandes Lagos
Aunque perdiera en estados “oscilantes” como Ohio, Iowa o Florida, la victoria de Clinton dependía de tres estados de los Grandes Lagos: Pennsylvania, Michigan y Wisconsin. Y Trump ganó en los tres y se llevó 46 delegados que terminarían dándole la victoria.
Hombres, blancos y “viejos”
Trump apuntó allí donde sabía que conseguiría al republicano más ferviente: varones de más de 45 años, blancos y de clase media, media-baja. Conforman el 34 por ciento del total de votantes y, en ese enorme nicho, el nuevo presidente obtuvo un 67 por ciento.
El voto de los “postindustriales”
El oeste norteamericano es progresista. Allí se instalaron las grandes IT modernas, desde Google hasta Faacebook y Microsoft. Pero en estos ocho años de Obama, los demócratas olvidaron a los que vivieron las grandes épocas de la industriualización, del apogeo de Detroit y las enormes fábricas. Esa gente, desencantada y deprimida, votó a Trump. Por ejemplo, votaron a Trump el 64 por ciento de los hombres blancos de Penssylvania y el 65 por ciento de Michigan.
Estados Unidos profundo
El mensaje de volver a la esencia norteamericana llegó al corazón de evangelistas y pobladores rurales. No todos son pobres, muchos son de clases medias y altas. La ventaja allí fue grande en favor de Trump y logró compensar en parte la derrota entre hispanos, negros, judíos y pobres de las ciudades.
Perdió, pero ganó
Otra vez, como pasó en 2000, un candidato ganó en el voto popular, pero el otro en la composición del Colegio Electoral. La ventaja de Clinton en las ciudades grandes no obtuvo recompensa equivalente en los electores.
127.000 votos mas para Hillary Clinton por sobre Trump. Nuevamente es presidente en EEUU alguien que no tiene la mayoría de votos…
— mario riorda (@marioriorda) 9 de noviembre de 2016
Discurso violento
El discurso violento de Trump, mientras alejaba a muchos votantes, atraía a otros porque lo veían como un “antisistema”. Millonario, pero “antisistema”. Una combinación extraña pero que resultó efectiva. Los que no querían votar al establishment que representa Clinton, “soportaron” a Trump. “Hillary era el establishment, la vieja política, una cara gastada y conocida respaldada a su vez por todo el resto del establishment y la vieja política”, analiza Facundo Falduto en Perfil.
Encuestas en contra, resultado a favor
Otra vez más los sondeos previos se equivocaron. Cada vez que se publicaba una encuesta nueva que lo daba por perdedor, Trump usaba Twitter o un micrófono para decir que lo estaban boicoteando, que querían hacerlo ver como perdedor. Eso puede haber fortalecido la intención de voto de aquellos que estaban en duda. “Como en el Brexit, o en el referendum por el acuerdo de paz en Colombia, las encuestas no supieron registrar el fenómeno del voto oculto o vergonzante, el del ciudadano que decía que iba a elegir la opción “políticamente correcta”, pero finalmente en el cuarto oscuro votaba por un cambio”, dice Paula Lugones en Clarín.
Voto cubano
En Florida, el 6 por ciento de los votantes es cubano. En ese grupo, Trump, gracias a acentuar su camapaña allí, logró al 55 por ciento de los votos. Es sólo una muestra que Florida es un estado “extraño”, ya que aunque Clinton alcanzó el 80 por ciento del voto latino en el resto de los estados, en FL logró “apenas” el 63 por ciento.
The people of Cuba have struggled too long. Will reverse Obama’s Executive Orders and concessions towards Cuba until freedoms are restored.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 12 de octubre de 2016
Jóvenes
Los Millenials no quieren a Trump. Esta es una gran verdad. Pero aunque la gran mayoría no lo votó, los sufragios que obtuvo le alcanzaron para sumarlos a los de los Baby Boom (50 a 64 años), donde arrasó.
Esto es muy revelador. La misma generación q/jodió a los jóvenes c/el #Brexit hoy jode al mundo eligiendo a Trump. Vaya herencia q/nos dejan pic.twitter.com/2FbB1X7QwO
— Armando Regil (@armando_regil) 9 de noviembre de 2016
El marketing
La proyección en los medios de Trump fue su as de espadas. “Su talento natural para las cámaras y los golpes de efecto. batió récords históricos de rating en cada debate en el que se presentó. Su personalidad magnética y su condición de candidato aspiracional para muchos estadounidenses hipnotizó a las audiencias”, analizan en El Observador de Uruguay.