En horas recientes, diversos usuarios de redes sociales han reportado que Facebook penaliza el uso de la palabra “tortillera” dentro de su plataforma por considerarla como inapropiada así como una expresión que incita al odio.
En México, la palabra ahora prohibida hace referencia a un apersona que por oficio se desempeña haciendo o vendiendo tortillas. No obstante, también se entiende como un vocablo para nombrar de manera despectiva a una lesbiana.
El origen del insulto
Existen muchas teorías sobre el origen de dicho insulto; sin embargo, una de las teorías más fuertes al respecto indican que a principios del siglo XX en America Latina, dicha denominación comenzó a utilizarse como una variante de la palabra “torticera”, la cual se deriva del latín “tortus” que significa torcida o tuerta, chueca. Dicho adjetivos, a pesar de la apertura en temas sexuales que ahora se tiene, se siguen utilizando para hacer alusión a las personas con preferencias son homosexuales.
Ante este contexto, todo parece indicar que Facebook ha decidido bloquear el uso de dicha palabra para mantener su posición a favor de la inclusión y convertir su plataforma en un espacio libre de expresiones de odio.
Si bien el esfuerzo busca combatir unos de los grandes problemas que ahora mismo aqueja a la mayoría de los espacios de interacción social, lo cierto es que la decisión olvida el contexto cultural de muchos usuarios, dentro del cual la palabra que ahora padece del veto es muy común.
El odio en redes sociales y su impacto en marketing
Lo anterior es una consecuencia de un problema mayúsculo que parece crecer de manera exponencial: el odio y faltas de respeto en redes sociales.
Para darnos una idea, basta con reconocer los datos de un estudio firmado por Demos el cual indica que tan sólo durante tres semanas se detectaron en redes sociales 200 mil tweets agresivos a nivel internacional dirigidos a 80 mil mujeres.
Para las marcas y sus acciones de marketing esto supone retos importantes que van más allá de también ser víctimas -en muchas ocasiones- de este contexto hostil.
El diseño de estrategias de comunicación en este escenario se vuelve especialmente complejo. Cualquier paso en falso que carezca de estrategia será penalizado no sólo por las plataformas de interacción, sino también por los usuarios quienes inmersos en un entorno polarizado no dudarán en atacar con especial dolo a la marca. Las crisis de marca serán cada vez más constantes.
Entender y, sobre todo, atender este fenómeno será crucial para las marcas, más si consideramos que de acuerdo con Adobe, 50 por ciento de los miembros de la generación Z y 42 por ciento de los millennials consideran a las redes sociales como el canal más relevante para la publicidad.