El amor nunca juega con las reglas…
Los Bridgerton están de regreso. Son una familia noble cuya historia se desarrolla en la época de la Regencia. Su historia en la pantalla de Netflix proviene de las novelas de Julia Quinn.
En total hay ocho novelas, una por cada hijo de los Bridgerton. Cada una enfocada en su historia de amor.
El éxito de los libros ha hecho que se coloquen en la lista de bestsellers de The New York Times. En Netflix, su popularidad no es menor.
Las dos primeras temporadas ocupan lugares en el Top 10 de series en inglés. La primera, tiene la cuarta posición con más de 113 millones de vistas. “Bridgerton” está de regreso con una tercera temporada y desde su primer día comenzó a colocarla como uno de los trending topics en redes sociales. ¿Qué la hace tan popular?
A primera vista, “Bridgerton” es una pieza de época. Los propios posters y materiales promocionales acentúan justo los mismos elementos que han hecho tan populares por décadas las novelas de romance: pasión, amor, coquetería, sensualidad, sexualidad y melodrama.
“Bridgerton” es hermosa ver. Le suman los escenarios, vestuarios y la fotografía. Es una serie hecha a detalle, producida por Shondaland, responsable de éxitos como “Scandal” y “Hoy to Get Away With Murder”.
Todo ello da una sensación de majestuosidad e, incluso, de ensueño. El mundo de “Bridgerton” es parecido al real, parte de lo real, pero no es real.
El segundo elemento esencial es el drama, construido o detonado por lo más sencillo: la búsqueda del amor.
Cada libro y cada temporada tiene por protagonista a un joven o una joven de los “Bridgerton” buscando el amor. Cada uno se da en un escenario de enredo y en algunos casos se recurre a recursos de la comedia romántica.
Por ejemplo, en la primera se maneja el antagonismo del amor que refiere a cuentos es notoria la atracción entre los personajes, pero ellos no están dispuestos a aceptarlo, así que se comportan justo de forma en que lo nieguen.
En la segunda, el protagonista está comprometido con una joven, pero de quién se enamora es de la hermana. En la tercera, los personajes son amigos e incluso él se ofrece en ayudarla a conseguir esposo.
Tercero, es un placer culpable y ello obedece a la estructura de la historia, construida de tal manera en que hay secretos, intriga, drama, pasiones y demás recursos que hacen que en cada capítulo se mantenga en el aire, aunque se sepa la respuesta, la pregunta de si la pareja principal conseguirá estar junta.
Además, el que sea una serie permite que se desarrollen subtramas. Los personajes están también definidos y son memorables. Uno claro es el de la Reina Charlotte sobre quién ya se hizo una serie spin off que cuenta su propia historia de amor.
“Bridgerton” juega con las reglas del amor y en ello, justo da la impresión de lo contrario, mostrando cómo el amor es “impredecible” y contribuyendo al eterno imaginario del ideal del amor. Como lo diría Víctor Hugo y “Bridgerton” lo sabe bien, “la vida es la flor de la que el amor es la miel”.