Si hay una película animada de Disney en lo que va del siglo que se haya convertido en un clásico instantáneo, ésa es “Frozen”. Y es que más allá de su indiscutible éxito en crítica y taquilla, la película ha resonado por su discurso de amor fraternal, pero, sobre todo, de autenticidad. Quién diría que Elsa, una de sus protagonistas, un personaje de Disney, se convertiría, gracias al tema musical “Libre soy”, en un ícono para la comunidad LGBT+ y en un canto universal de aceptación y empoderamiento.
“Frozen” es uno de los proyectos que más tiempo de gestación tuvo en Disney. Los planes para producir “La Reina de las Nieves” de Hans Christian Andersen, el cuento en el que se basa, comenzaron en los 30’s, antes incluso del estreno de “Blanca Nieves y los siete enanos”, pero parecía que “estaba congelado” pues ninguna idea parecía resolver el reto que implicaba tener por protagonista a la villana. Se retomaría un par de veces más. En los 90’s parecía que fructificaría luego del éxito de “La sirenita”, otro cuento de Andersen, pero no fue así. Sería hasta finales de la década pasada e inicios de ésta que se daría con el enfoque adecuado al resolver dos cuestiones: sí, sería la antagonista, más no una villana, y sería hermana de la protagonista, Gerda (para la adaptación, Ana). También se dejó fuera o si se prefiere, en un segundo hilo narrativo, la historia de amor, pues “Frozen”, al igual que sucediera con otros filmes de Disney (Tiana en “La princesa y el sapo” o Mérida en “Valiente”, por citar un par) dejó de mostrar a una princesa esperando a su príncipe para ser feliz.
Comercialmente, “Frozen” superó la marca del billón de dólares en taquilla, de un presupuesto de 150. “Libre soy”, el tema principal, se haría del Oscar a Mejor Canción Original y el Grammy a la Mejor Canción Escrita para un Medio Audiovisual. De acuerdo a la Federación Internacional de la Industria Fonográfica, en 2014 vendió más de 10.9 millones de copias. “Frozen”, por su parte, también ganó el Oscar a Mejor Película Animada, además de otros 78 premios internacionales. Una secuela sonaba lógica, pero sería hasta dos años después de su estreno, en 2015, que Disney finalmente la anunciaría, explicando que hasta ese momento tenía una historia adecuada.
Las secuelas siempre tienen a su favor el cariño y el conocimiento que el público ya tiene por los personajes y el universo donde se desarrolla la historia, “ya les quiere”; en contra, las altas expectativas que dejó su antecesora, ya sea en términos de experiencia emocional, propuesta visual o renovación de un género, sin mencionar las expectativas o “ilusiones” que el propio público se ha hecho sobre lo que “debería de suceder”. De “Frozen” podría decirse que cumple con eso y quizás más. “Frozen II” rehúye a las presiones y en su lugar profundiza más en sus protagonistas, sólo que si bien la anterior se centraba en Ana y Elsa era un vehículo para su crecimiento, ahora es al revés. Elsa es la protagonista de “Frozen II”. Al igual que en la anterior hay un elemento romántico, pero no para Elsa (algo que muchos fans querían), “Frozen II” no es una historia de amor, aunque incluye una. Se continúa fortaleciendo el lazo entre hermanas, pero más aún, si en “Frozen”, Elsa se liberó, en “Frozen II” se “muestra” y se asume totalmente como quién es.
En “Frozen II”, Disney continúa, ahora con toda consciencia de cómo será tomado, con el legado de “Libre soy”. La historia explora en el pasado las hermanas, porqué una de ellas tiene poderes y la otra no y qué fue de sus padres. La respuesta precisamente lleva a Elsa a cantar ahora “Muéstrate” y al hacerlo también, de nueva cuenta, se empodera en quién es, aceptando su pasado, asumiendo su presente y abrazando su futuro.
Las expectativas para “Frozen II” son altas. Con un presupuesto no revelado, se asume que recaudará sólo en EE.UU. al menos 100 millones de dólares, pero la cifra incluso de eleva hasta los 140. Las criticas le han sido favorecedoras, aunque no al nivel de “Frozen”, principalmente notando, de acuerdo al meta sitio Rotten Tomatoes, que algo de la frescura de aquella se ha perdido, pero reconociendo sus virtudes técnicas, historia y momentos emotivos. “Frozen II” hace eco de la canción, ahora es tiempo para que su impacto lo haga también, así que como dice Elsa, como inspira de nueva cuenta es tiempo, “muéstrate”.
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