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Sabritas es el producto insignia para México de la división de botanas de Pepsico.
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La marca integra, desde hace décadas, a figuras de la música, el cine o la televisión en sus campañas.
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Su más reciente anuncio reforzaría el abuso de autoridad y otras acciones negativas.
La marca de frituras Sabritas ha lanzado un nuevo anuncio televisivo con el actor estadounidense Ryan Reynolds que si bien sigue la temática de anteriores pautas, muestra un discurso que tal vez llega a ser obsoleto para estas alturas y hasta políticamente incorrecto.
Desde hace algunos años, las campañas publicitarias de la marca de papas fritas Sabritas, de Pepsico, relatan la historia de una mujer policía que ciertamente comete algunos actos de abuso de autoridad porque en su trama “retiene” a algún conductor -personificado por algún actor de fama relevante- con tal de comer de la bolsa de frituras que el supuesto infractor lleva en la mano.
Si bien se ha tratado de anécdotas chuscas que apelan al sabor del producto que se promociona, el hecho es que son temáticas no dejan de reforzar una idea generalizada que existe en algunas regiones, estratos sociales y comunidades acerca de que los cuerpos policíacos son corruptos y que, en lugar de velar por el bien de las personas, buscan la manera de sacar ventaja.
Hace unas semanas, en la Ciudad de México se desarrollaron importantes protestas de mujeres, grupos feministas y otras organizaciones sociales por causa del supuesto abuso sexual que unos patrulleros habrían perpetrado en contra de una joven.
Las protestas tuvieron gran resonancia, pusieron en jaque la credibilidad de la autoridad y de la administración de la jefa de gobierno de la capital del país, Claudia Sheinmbaum, al mismo tiempo que colocaron en la mesa de discusión la necesidad de combatir el machismo, la normalización del abuso y del acoso y la urgencia de contar con policías incorruptibles.
¿Por qué decimos que el nuevo anuncio de Sabritas no abona en esta coyuntura? Porque perpetua este tipo de prácticas desde los oficiales que deben velar por la seguridad de todos.
En el anuncio publicitario, el chusco personaje de la mujer policía tiene conductas que van más en su beneficio propio, engaña al supuesto “infractor” y remata con un final todavía más provocador en medio de la coyuntura que vivimos en la actualidad: hace tocamientos al actor.
Seguramente Sabritas no es la única marca que en la búsqueda de generar contenidos humorísticos y atractivos pierde de vista el momento coyuntural en que están sus audiencias y sus consumidores.
Hace unos años la marca de chocolates Crunch fue severamente criticada porque a través de sus redes sociales publicó “A los de Ayotzinapa les dieron Crunch”, en medio de la crisis social y política que provocó la desaparición de decenas de estudiantes normalistas del estado de Guerrero en México.
Y como estos existen otros ejemplos que demuestran que las marcas necesitan tener una mayor sensibilidad con las coyunturas sociales que hay y también con las reacciones de un público consumidor que hoy por hoy es mucho más contestatario y cuenta con canales para emitir sus opiniones y juicios.
Como decíamos párrafos atrás, el anuncio emite mensajes que promoverían acciones que siempre han sido inaceptables, pero que se colocan con mayor insistencia en este momemto coyuntural donde también han emergido movimientos sociales como #MeToo en contra del acoso y abuso sexual en contra de las personas.
Sabritas es el producto insignia para México de la división de botanas de Pepsico, retoma el diseño, colores e identidad de marca de la estadounidense Lays, que también forma parte del mismo conglomerado de marcas.
Desde hace décadas, la marca integra en su publicidad a figuras de la música, el cine y la televisión con renombre y en sus anuncios se ha visto desfilar a Luis Miguel, Yuri, Alejandra Guzmán, Enrique Iglesias, William Levy y ahora Ryan Reynolds.
Se trata de acciones que involucran al influencer marketing y que buscan conferirle al producto el prestigio y buena imagen de las figuras que lo anuncian.