De acuerdo con un estudio realizado por Adobe, el 63 por ciento de los consumidores prefiere recibir noticias de una empresa por medio del mail.
Pero, ¿qué hay del otro porcentaje? Quienes no desean recibir este tipo de información clasifican el contenido como junk mail, que el profesional del marketing sabe que es la práctica constante de enviar correos electrónicos comerciales a consumidores potenciales que no dieron su consentimiento.
El mercadólogo debe saber, primero, que este spam impacta directamente en la percepción que el usuario de un email tiene de la compañía que realiza, de esa forma, un tipo de “ciberacoso”, pero además de eso, resulta una práctica que se debe evitar precisamente porque va contra el deseo de los consumidores.
Una de las 7 P que el mercadólogo debe seguir es justamente atender a los consumidores, no como personas de quienes la marca desea obtener un beneficio, sino como individuos con necesidades particulares.
Aunado a esto, la información personal en México, se encuentra protegida por la ley, por lo que si no posees una autorización de las personas para utilizar su información, en este caso la de contacto, se puede incurrir en un delito.
Comprar una base de datos es una práctica desesperada, poco efectiva, pésima. Realizar envíos masivos sin segmentar llevará a que los destinatarios no se interesen en el mensaje y terminen dándose de baja de la lista de envíos, o simplemente reportando el correo como no deseado.
De hecho, en una estrategia adecuada de email marketing, se incluye un enlace a un formulario para darse de baja de la suscripción, por que el consumidor tiene derecho a la posibilidad de evitar el junk mail en cualquier momento.
Lo correcto para el profesional del marketing es el workflow, que permite generar clientes de bases de datos y mantener su fidelidad, gracias a que el mail resulta mejor segmentado, dirigido y personalizado.