El color funciona como elemento atrayente y distintivo, con lo cual las firmas comerciales establecen la mercancía que es para hombres y la que es para mujeres. En consecuencia, se ha encasillado al color rosa para agrupar aquellos que son para el género femenino y el azul para el masculino, pero ¿de donde nace esta regla?
Los productos para mujeres suelen distinguirse en punto de venta y anuncios publicitarios por medio del color rosa, y pese a que existen diferentes tonalidades de éste, el que sobresale es el “pastel”. Marcas unisex como Guillette, Dove y Adidas utilizan de forma frecuente ambos colores para agrupar su mercancía.
Asimismo el Día de la Mujer y temas de salud relacionados con ellas, como “Mes de Sensibilización sobre el Cáncer de Mama” y el cáncer cervicouterino se representan en color rosa.
Esto nace en la primera guerra mundial, pues los colores pastel comenzaron dominar a niños y niñas, ya que antes se utilizaba el color blanco para ambos sexos, revela la historiadora Jo B. Paoletti a la Universidad de Maryland en Estados Unidos.
Y a diferencia de la forma en la que se toman ambos colores en la actualidad, el rosa era para los hombres por ser más fuerte y tajante, y el azul para niñas ya que semeja realeza y refinamiento, señala Earnshaw’s, publicación de Nueva York especializada en niños.
Posterior, la regla cambia y se llega a la que hoy conocemos y aplicamos. Pese a esto, la norma no cuenta con una justificación como tal, sino que pudo haber partido de la moda en Francia, señala Paoletti.
Sin embargo, información de los neurocientíficos Anya Hurlbert y Ling C. Yazhu de la Universidad de Newcastle en Reino Unido, señala que las mujeres y hombres se diferencian en cuanto a sus preferencias en colores, y revela que ellas cuentan con mayor inclinación al color rosa y morado, y ellos al azul.