Carlos Andrés Mendiola
@carlosamendiola
La leyenda es cierta
A menos de 24 horas de su estreno en Netflix, “Avatar: La leyenda de Aang” se ha colado ya en varios países como la serie número uno. Es una adaptación en live action de la serie animada de 61 episodios a lo largo de tres temporadas y que fue de 2005 a 2008.
Es considerada por muchos como una de las más importantes con Variety incluyéndola en su lita de las 11 series animadas de televisión más importantes e IndiWire en la de las 50 de Todos los Tiempos.
Entre los premios que ha recibido están el Annie, Génesis, Emmy, Kid’s Choice y Peabody. Su estatus es ya de culto con fanáticos que conocen a detalle el universo como sucede con otros clásicos como “El señor de los anillos” o “Star Wars”. ¿Qué hace a “Avatar: La leyenda de Aang” un clásico contemporáneo?
El héroe no es un salvador
“Avatar: La leyenda de Aang” sigue a Aang, un adolescente que es la reencarnación más reciente del Avatar, una entidad que tiene la posibilidad de manipular los cuatro elementos.
En el universo donde sucede la acción el mundo se conforma de países donde un elemento (tierra, agua, aire o fuego) es central. Es un tiempo de guerra a causa del interés del regente de Fuego de prevalecer sobre los demás.
Si bien en “Avatar” la historia se finca sobre la estructura del viaje del héroe y el héroe sobre la de “El elegido”, a diferencia de otros relatos que utilizan el tropo o recurso como “Gilgamesh”, “Harry Potter” o “Matrix”, la responsabilidad de resolver el conflicto no recae en Aang de la misma manera. }
Más que ser un salvador (como en la Biblia sucede con Jesús), Aang es más bien una suerte de mediador o diplomático. Este acercamiento le da al personaje una profundidad distinta, más en línea con la cosmovisión oriental, y donde si bien hay Aang tiene un papel esencial no es el único de quién depende que el orden se reestablezca. Ello tiene que ver precisamente con la propia concepción del bien contra el mal.
El bien vs el mal
Gran parte de los relatos que funcionan bajo el mismo modelo que “Avatar: La leyenda de Aang” funcionan bajo el precepto de la lucha entre el bien contra el mal (“Star Wars”, la propia Biblia). Aquí la construcción de personajes es un tanto más detallado, evitando que los personajes caigan del todo en los extremos y mostrándolos de maneras más complejas, con motivaciones y falibles.
Por ejemplo, a diferencia de ceñirse bajo la famosa frase de Spider-Man (“con un gran poder viene gran responsabilidad”), Aang se funda más que sobre las consecuencias de lo que se hace o no se hace, sobre la responsabilidad o el deber ser.
Es un cambio de enfoque que contribuye a que la narrativa tenga más factores de identificación con la audiencia y que le permite exponer muchos de los temas que desarrolla y que incluyen la guerra, el genocidio, distintos tipos de gobierno (imperialismo, socialismo, etc.) y la libertad de elección. Aunado a ello, está el que los persones pueden expiar y redimirse como sucede con Zuko, uno de los principales antagonistas.
Universo detallado
El universo de “Avatar: La leyenda de Aang” si bien fantástico tiene muchas similitudes con el nuestro. Es posible hacer referencia con distintas culturas. Sin embargo, las de la ficción están hechas con tanto detalle que contribuyen a uno de los factores del buen storytelling: la verdad.
El mundo de “Avatar” precisa con mapas, tradiciones, leyendas y demás. Es un “mundo” creado con tal cuidado y riqueza que es inevitable no querer conocer más. Al final, lo que presenta la ficción es una metáfora de la realidad y la metáfora de Aang conecta con naturalidad.
