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Nielsen tiene un estudio donde da cuenta de lo importante que son los contenidos con nostalgia para las audiencias.
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Como Caritele, diversos ejemplos de nostalgia en contenidos se han presentado, como lo vimos con The Gilmore Girls.
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El común en la nostalgia de contenidos son las experiencias que se enlazan a estas narrativas.
Una exconductora de Caritele reveló por qué este programa acabó, dejando detrás un testimonio muy importante en la TV infantil.
“Cuando la contingencia confinó a los estadounidenses a sus hogares durante la pandemia, los videojuegos y la transmisión se convirtieron en formas populares de evitar el aburrimiento. En la época en que la gente compró papel higiénico en pánico el año pasado, nuevos programas como Tiger King se volvieron enormemente populares. Sin embargo, a lo largo de la crisis, los espectadores buscaron consuelo en programas de comedia nostálgicos, lo que dio como resultado que los viejos clásicos disfrutaran de un resurgimiento” explicó Niall McCarthy, analista de Statista, al presentar un estudio de Nielsen en donde se dio cuenta de la importancia que tuvo la nostalgia durante el confinamiento al que llevó el COVDI-19, con lo que podemos entender qué tan importantes son las historias con nostalgia.
Adiós a Caritele
Caritele fue un popular programa infantil en la década de los noventa, que se transmitía en TV Azteca y era antesala para la programación de ánime, contenido por el que que ampliamente criticado en su momento, asegurando que hacía propaganda a la violencia.
@igarridopop ¿Se acuerdan de Caritele? Pues chavorrucos, aqui la propia Adriana de Castro me cuenta qué pasó con el programa que marcó los 90 y el anime. ¿Te acuerdas de Caritele? #geektok #caritele #aprendeentiktok #tvretromexico #90s #cherrypopmx ♬ sonido original – Ikki de Fénix
“Hay muchas versiones, pero la que yo conozco es que el día que yo me casé, un 21 de febrero de 1998 me sacaron del aire y de eso me enteré cuando estaba en mi luna de miel, así que no fue lindo (…) hubo personas que metieron las manos, no sé si rencores, no entiendo; cuando las cosas son negativas prefiero no darles espacio”, explicó Adriana de Castro en un video que suma en redes sociales cerca de 100 mil reproducciones (@igarridopop, TikTok) de por qué se acabó este famoso programa.
La confesión de la exconductora de esta emisión da un testimonio de nostalgia, que nos recuerda lo importante que se vuelven los contenidos que hace décadas se transmitían por medios tradicionales.
Esta serie de acciones da cuenta de un importante fenómeno en la actualidad en materia de contenidos y es el afán de las audiencias por seguir conectados con historias. tal es el interés que incluso la nostalgia ha hecho que plataformas como Netflix apuesten por revivir viejos contenidos.
Un extraordinario ejemplo de esta nostalgia como motor de contenidos fue The Gilmore Girls, que llamó la atención en su momento cuando la historia que fue una sensación al transmitirse en TV de paga, terminó siendo solo un buen intento de que los contenidos, por mucha nostalgia que emanen, no siempre son garantía de volver conquistar a las audiencias.
Esto sin lugar a dudas establece un referente muy importante en consumo de lo que vale la pena tomar en consideración y lo que tiene que ser descartado, pues ayuda a determinar lo que es valioso en consumo cuando se apuesta por las emociones de audiencia y consumidores.
Si vemos el común en estas historias, donde lo mismo un Adriana de Castro revela por qué se acabó Caritele, dando con ello un importante testimonio de nostalgia o una Netflix se ve tan motivada por la nostalgia alrededor de The Gilmore Girls que invierte en una miniserie que revive la trama, es la identificación que logran las historias ante las audiencias y cuando este enlace se consolida es innevitable pensar en los recursos que ayudan a las marcas a ser más valiosas cada día, no solo con contenidos, como los casos antes explicados, también con productos. Prueba de esto último lo vimos con Raspadito, una propuesta de Holanda que volvió a aparecer en sus congeladores, luego de que el producto se descontinuó en la década de los noventa y a exigencia viral en redes de los consumidores de esta categoría de productos, logrando reaparecer decenas de años después.
Estos casos nos permiten entender el valor de las emociones en consumo y la identificación a la que deben estar atentas las marcas.