• Voceros de la oficina en Nueva York aseguraron que investigarán el asunto

• Apuntaron que vigilarán que los servicios sean equitativos, “sin importar el género”

• Entre las exigencias, se pidió a Apple transparentar su algoritmo crediticio

La cuestión de género, en especial en lo que se refiere a equidad, es crucial para buena parte de las empresas dentro y fuera de México. Marcas como Forbes han criticado directamente la situación de desigualdad que todavía persiste en la sociedad. Otras empresas, al estilo de Budweiser, decidieron incrementar su apuesta económica por las profesionistas y estrellas femeninas. Algunas, incluyendo Billie, incluso han tratado de acabar con ciertos estereotipos.

Esta lucha va más allá de una simple cuestión de responsabilidad social corporativa. Varias cifras demuestran que la equidad de género de hecho es económicamente provechosa. De acuerdo con The Hill, las empresas con talento femenino en puestos directivos son 21 por ciento más inclinadas a reportar mejores ingresos. Asimismo, en datos de Global Compact, las habilidades asociadas a mujeres son las que más se necesitan para resolver los retos a futuro.

Por supuesto, que la equidad de género sea algo económicamente conveniente no ha sido suficiente para cerrar la brecha entre hombres y mujeres. Hay muchos problemas estructurales que impiden que usuarios, clientes y profesionistas masculinos y femeninas tengan un piso parejo. Muchas veces, estos retos parten de cuestiones socioculturales, muy difíciles de cambiar en el corto plazo. Pero hay también problemas que son un poco más modernos.

Apple Card, ¿culpable de discriminación de género?

Hace poco que AP reportó que Apple Card, la reciente iniciativa financiera de la tecnológica de Tim Cook, podría estar muy pronto bajo un proceso de investigación en Nueva York. Esto, por una presunta discriminación de género en sus algoritmos. En apariencia, el nuevo servicio de la marca no otorga las mismas oportunidades y servicios bancarios a todos sus usuarios. En cambio, la empresa y su aliada, Goldman Sachs, parecen favorecer a los clientes hombres.

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La investigación de género da seguimiento a un reporte por el desarrollador David Heinemeier Hansson en Twitter. El hombre denunció, en un enorme hilo en la red social, que su esposa había recibido aprobación para un crédito 20 veces más pequeño que el suyo. Esto, a pesar que ella tenía una mejor historia financiera y comparten bienes. Asimismo, denunció que ni un ejecutivo de Apple había podido clarificar cómo el algoritmo había llegado a esta decisión.

The @AppleCard is such a fucking sexist program. My wife and I filed joint tax returns, live in a community-property state, and have been married for a long time. Yet Apple’s black box algorithm thinks I deserve 20x the credit limit she does. No appeals work.

— DHH (@dhh) November 7, 2019

Colaborando a hacer más grave la brecha

No es la primera vez que acusan a una marca de discriminación de género. En 2018, dos empleadas de Nike demandaron a la empresa por contratarlas por salarios más bajos que sus contrapartes hombres. En agosto pasado, la compañía de citas Bumble reclamó a toda la industria de los videojuegos por la baja representación de mujeres en el circuito de esports profesional. Incluso L’Oréal se metió en problemas de este tipo con la actriz Aislinn Derbez.

Será decisión de los reguladores de Nueva York determinar si el funcionamiento de Apple Card de hecho representa discriminación de género. Y si, en caso afirmativo, la culpa es de Tim Cook o de Goldman Sachs, que gestiona el aspecto bancario de la iniciativa. Lo que vale la pena es entender por qué este evento es tan grave para las marcas. Cuando las mujeres no tienen acceso a servicios bancarios equitativos, sus oportunidades de crecimiento disminuyen.

Ya hay una brecha económica de género muy importante entre hombres y mujeres. Cuando además se discrimina por género cómo se conceden herramientas como el crédito, es más difícil para las clientes femeninas hacer crecer su patrimonio. Si de repente hubiera una real equidad de género en todo el mundo, la distancia entre el poder adquisitivo de uno y otro grupo sería difícil de salvar, pero no se ensancharía. Pero bajo situaciones como las que plantea el evento de Apple Card, no solo se mantiene la brecha, sino que se hace más grave.