Una confusión en una orden de comida generó que el restaurante Bohemian Hall and Beer Garden ubicado en Queens, Nueva York, tenga la reputación por los suelos, que su página de Yelp esté bloqueada actualmente, mientras que sus reseñas de Google incluyen comentarios como “No vayas aquí a menos que te guste la saliva”.
Todo comenzó, señala la cadena local ABC7, cuando Curtis Mays celebraba junto con su hija y su nieta el Día del padre en el establecimiento, todo iba bien. “La mesera fue muy amable se acercó a la mesa y nos dijo ‘Hola chicos, ¿cómo les va?’”. Ante ello, solicitó una hamburguesa bien cocida con queso cheddar, cebolla caramelizada y mayonesa en pan tostado.
Tras la confusión en el pedido, Mays pidió el recibo a la camarera antes de pagar; al momento de revisar todo lo que estaba impreso en él, notó algo que no había pedido: “Por favor, también escúpele”, se lee en letras rojas.
EXCLUSIVE: On a scorching hot summer night, what’s better than a cold brew? Pair it with a juicy burger.
Cheddar cheese, well done, toast bread, please spit in it too! Don’t forget the mayo! Wait… spit?! At 11pm we’ll tell you which beer garden and what the manager told us. pic.twitter.com/45FWLNsTvS— CeFaan Kim (@CeFaanKim) 18 de junio de 2018
“Sentí que iba a vomitar”, precisó el cliente; de igual forma, indicó que el gerente les dio la comida como cortesía y que la camarera fue despedida de inmediato. Incluso comentó que la respuesta por parte de Bohemian Hall fue que no se preocupara, que el chef probablemente no escupió en su hamburguesa.
Asimismo, dentro del reporte de prensa, se detalló que, quizás, la mesera no fue maliciosa, sino que tal vez cometió un error al teclear en el sistema de punto de venta. A lo que se refiere, es que posiblemente hubo un error al querer teclear “And split it in two” (divídelo en dos), ya que estaba el consumidor con sus hijos.
Múltiples casos.
Durante 2009, un diputado en el estado de Washington, refiere Infobae, entabló una demanda contra Burger King así como el propietario de una franquicia local luego de que un empleado dejara un escupitajo gigante sobre un producto. El congresista notó el escupitajo antes de morder el alimento, pero afirmó que la mera visión le causó un trauma emocional que incluyó vómitos, náuseas, ansiedad por los alimentos y falta de sueño”.
A pesar de no haber sufrido ninguna lesión física, el tribunal falló en su favor. “El sentido común nos dice que el consumo de alimentos es un asunto personal y que los alimentos contaminados están estrechamente relacionados con la náusea y otros tipos de agitación emocional”, escribió el juez Steven González en aquel momento.