Santiago, Chile.- Originalmente, las etiquetas de Facebook tenían como misión identificar a los acompañantes de las fotos universitarias que eran publicadas por los estudiantes que engancharon con el proyecto de Zuckerberg. La idea era hacer comunidad y la etiqueta era un buen soporte para ello. Hoy se ha vuelto una mala costumbre para empresas y particulares.
El tema con las etiquetas es que no siempre vienen bien. Nada peor que publicar en Facebook una historia- que consideras importante y por la que esperas unos cuantos “me gusta”- y que a los minutos de haberla puesto en el primer lugar de tu muro, sea desplazada por la foto de un amigo que comparte un mal chiste, tu peor imagen o quiere vender algo.
El tema de la imagen es muy importante. Por lo general, cuando publicamos alguna foto en Facebook, elegimos una que nos guste, una en la que nos veamos bien. Entonces, encontrarnos con la peor pose, que nuestro amigo consideró que era muy divertida, no es muy grato y forma parte de las malas prácticas en redes sociales.
Al amigo le podemos llamar la atención, liberarnos del problema eliminando la etiqueta y pidiendo que remueva la foto. En otro ámbito, a la empresa le ponemos una mala calificación porque nos sentimos invadida por ella. Si yo sigo a una compañía, cualquiera que esta sea, es porque me interesa su producto y/o sus servicios, por lo que en forma espontánea daré algunas vueltas por su sitio para ver qué está pasando. Por otra parte, si hay nuevas publicaciones o estas son constantes, la barra de inicio me lo indicará. Por tanto, lo único que pido es que no me invada, que ¡por favor, no me etiquete”.